La Feria de Bolonia ‘dibujará’ en catalán

Cataluña y Baleares apelarán al futuro de las nuevas generaciones de lectores para promocionarse en la Feria del libro Infantil y Juvenil de Bolonia, la cita más importante del mundo en su ámbito, en la que las dos autonomías serán invitadas de honor. El evento se celebrará del 3 al 6 de abril y, conscientes de la oportunidad de oro para el sector que les brinda el acontecimiento, los dos territorios están ultimando un ambicioso desembarco en la ciudad italiana a través del Institut Ramon Llull (IRL). “Es la primera vez que no invitan a un estado como tal”, recalcó ayer el director del organismo, Manuel Forcano. “Quien va invitada es la cultura catalana. A partir de ahora iremos unidos siempre”, añadió Ramon Cerdà, director del Institut d’Estudis Baleàrics.

Con un presupuesto de medio millón de euros, los dos territorios promocionarán la literatura del género catalana a través del eslogan “Sharing future. Books in catalan” (Compartiendo el futuro. Libros en catalán), unido a una ilustración del dibujante Max en la que se visualizan dos niños a lomos de un huevo.

En la Feria, de hecho, los ilustradores serán los grandes protagonistas: En el espacio de honor reservado para Cataluña y Baleares se alzará una suerte de librería diseñada por la arquitecta Clara Solà-Morales, quien ganó junto a la librera Paula Jarrin el concurso para desplegar el proyecto. Esta librería, sin embargo, será especial. Grandes telas y hamacas plasmarán los trabajos de 42 ilustradores. Y en los orificios de las hamacas también habrá libros físicos. La idea, explicaron Solà y Jarrin, es crear un área de descanso en la que disfrutar. “Si te dedicas a esto allí todos los ojos te están mirando”, opinó Jarrin. En la exposición se han seleccionado autores que resumen el panorama actual como Marta Altés, Mariona Cabassa, Víctor Escandell, Anna Llenas, Maria Girón, Pep Montserrat o Jordi Vila Delclós. La voluntad es que la exhibición, tras Bolonia, no se desmantele y pueda itinerar.

El espacio destinado a Cataluña y Baleares estará dividido en cuatro apartados: pequeños lectores, prelectores, narrativa infantil y juvenil, y álbum ilustrado. También se organizarán mesas redondas, cafés y debates destinados a agentes literarios, editores, así como al sector empresarial.

La intención es inundar también la ciudad de creadores catalanes. Para ello se repasará la tradición de los ilustradores en otra exposición en el Archiginnasio, un señorial edificio. Pilarín Bayés, Mercè Llimona y Carme Solé Vendrell son algunos de los 17 nombres escogidos. En paralelo, habrá un seminario de traducción, un ciclo de cine infantil y juvenil, o una recepción oficial. “Esperamos un antes y un después de esta Feria. Es importante que nuestro libro infantil y juvenil tenga el espacio que le pertenece. Le falta salir del armario”, avanzó Izaskun Arretxe, jefa de Literatura del IRL. Además, habrá espacio para profesionales valencianos y andorranos.

El libro infantil y juvenil es una piedra angular en el sector de la edición catalán. Las cifras hablan por sí solas: Es el tercer sector en facturación editorial. El año pasado este ámbito de la literatura facturó 41,1 millones de euros en Cataluña. En Bolonia, los invitados de las pasadas ediciones fueron países como Alemania, Brasil y Corea. El Institut Ramon Llull vaticina que esta edición, con una Feria de 24.000 metros cuadrados totales de espacio y más de 25.000 visitantes esperados, será un revulsivo para abrir nuevos mercados, algo equiparable a lo ocurrido en la Feria de Frankfurt en 2007, cuando Cataluña fue la invitada de honor. Para calentar motores este mes una “misión” internacional de editores visitará Barcelona. “La literatura infantil y juvenil es valiente y comprometida. Habla de desahucios, de identidad de género... Esta literatura no es un patito feo. Simplemente está dirigida a otro tipo de lectores”, concluyó Jarrin.