Joyerías de papel
La 28 edición de la Feria de Otoño del Libro Antiguo cuenta con 39 casetas y se podrá visitar hasta el 16 de octubre
El Paseo de Recoletos vuelve a ser el escenario de la 28 edición de la Feria de Otoño del Libro Viejo y Antiguo de Madrid. Inaugurada este jueves, este año está dedica a la figura de Cervantes por el cuarto centenario de su muerte. Como el autor de El Quijote, que estuvo enrolado en la marina, cientos de intrépidos navegantes se acercarán hasta el 16 de octubre a este océano de antigüedades para buscar títulos que les son lejanos o, simplemente, en busca de un particular tesoro que les inicie en la lectura.
“La feria no son solo libros. También hay postales, fotos, carteles o cómics”, explica Juan Molina, presidente de Libris, una asociación de libreros de viejo que nació en 1988. En su opinión, el abanico de oportunidades que ofrece la muestra es “enorme” porque “aquí se puede encontrar todo lo que tiene que ver con el coleccionismo en papel”. Tanto que, hace unos días, mientras la alcaldesa Manuela Carmena paseaba por Recoletos, observó una ilustración que decidió comprar para el Ayuntamiento. Se trata de un proyecto de navegación entre Madrid y Lisboa que pasaba por la canalización del río Manzanares. El trabajo data de finales del siglo XIX y está firmado por el ingeniero Felipe Mora. “Al verlo, la alcaldesa dijo que eso tenía que ser para la ciudad”, cuenta Molina, de 71 años. La joya viene de la capital portuguesa, aunque el precio no ha trascendido.
Las estimaciones sostienen que más de 300.000 personas visitarán la feria este año, pero no todos se mojarán en la compra de un ejemplar. Los hay a partir de un euro porque, como defiende el librero Paco Moncada, de Tunicia Libros, “el mercado del libro antiguo no es elitista”. Otro librero llegado desde Barcelona, Rafael Sánchez, afirma que un libro del siglo XVIII puede costar 10 euros ó 10.000: “Todo varía según la edición”. Lo importante, insiste Moncada, es que hay oferta “para todos los bolsillos”. Preguntados por el volumen de negocio, responden que “nadie dice cuánto vende”, por lo que no se pueden hacer cálculos. Solo la venta de un incunable puede llegar a reportar varios miles de euros al librero.
“Una ganga”
“A la feria se viene a buscar. Hay gente que llega con una idea preconcebida de lo que puede encontrar. Otros vienen y se encuentran con un mundo de posibilidades”, subraya Moncada. Lo reconoce Roberto mientras guarda en su bolsa El terror de un hombre sabio, un libro publicado en 2011 y escrito por Patrick Rothfuss. Ha pagado 5 euros por él y reconoce que es “una ganga”. “Veo de todo, pero no busco nada en particular”. Sin embargo, hay quien sí lo hace. Es el caso de Pedro: “Vengo porque aquí están los libros que ya no se editan y son difíciles de encontrar. Tengo una lista y acudo cada año a ver si consigo encontrarlos. A veces hay suerte”.
La suerte para el presidente de Libris es dedicarse a recuperar postales, libros o tebeos porque con ellos se consigue devolver a la infancia a mucha gente. “Hablamos de nostalgia y memoria. He visto a personas de 80 años llorar al mostrarles un catecismo del padre Ripalda o la enciclopedia Álvarez. Se criaron con ellos. Es como darles media vida”. Un trozo de ella es la que ha recuperado en plena inauguración el ministro de Cultura en funciones, Íñigo Méndez de Vigo. Entre el más del medio millón de títulos que forma la feria, descubrió uno muy familiar: un libro de la escritora madrileña Carmen de Icaza, su abuela. “Escribió 11 libros y los he leído todos. Los releo en Navidad y cada vez me gustan más”.
Pero, ¿qué pasaría con los libros antiguos si no existieran los libreros de viejo? Moncada subraya que su labor es esencial: “Somos los artífices de la recuperación de las obras”. Molina insiste: “Hay que ir a buscar los libros a las casas. Si no fuera por nosotros se tirarían. Nosotros los valoramos. Si valen 20 euros, yo les doy 20. Lo contrario sería vergonzoso y destrozaría el negocio”.
La única capital europea con tres ferias del libro
La Feria de Otoño del Libro Viejo y Antiguo de Madrid se celebra en el Paseo de Recoletos desde 1989. Lo hace en el mismo lugar en el que en 1933 se inauguró la primera feria del libro en la capital, en plena Segunda República. Entonces únicamente se vendía libro nuevo. En la década de los setenta Recoletos se quedó pequeño y los stands se mudaron al Parque de El Retiro. Poco más tarde se recuperó el emplazamiento original para hacer una feria del libro antiguo, la que se celebra en mayo, lo que convierte a Madrid "en la única capital europea con tres ferias del libro", se enorgullece el librero Paco Moncada.
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