La fiscalía pide nueve años de prisión por envíar tabletas de chocolate con cocaína
La droga llegaba camuflada desde Colombia a Santiago de Compostela, donde se interceptaron dos paquetes con un kilo de coca
Envuelta en una fina capa de cacao o teñida de negro para venderla como una inocente chocolatina. Estas son algunas de las tretas que emplean los traficantes para pasar pequeñas partidas de cocaína por los controles fronterizos. Este camuflaje es uno más entre las múltiples variantes que han ideado los exportadores de esta droga en Colombia, un país donde llegaron a utilizar la marca comercial de chocolates Jumbo, muy popular en la ciudad de Medellín, de la que llegaron a copiar los envoltorios como si saliesen de fábrica.
Algunas de estas tabletas de chocolate con distintos tamaños y sabores fueron localizadas en España desde 2009, cuando se aprehendieron varios alijos. El mayor de ellos, de cuatro kilos de cocaína, venía mezclado en 52 chocolatinas etiquetadas con la famosa marca colombiana y fue incautado en el aeropuerto de El Prat, en Barcelona.
En abril y mayo de 2015 dos de estas partidas de falso chocolate procedentes de Colombia entraron en Galicia y tenían como destinatario un presunto traficante que residía en Santiago de Compostela. La procedencia de los dos paquetes resultaron sospechosos para los servicios aduaneros que al abrirlos se encontraron con las populares tabletas de chocolate negro que ocultaban casi un kilogramo de cocaína.
Por este envío frustrado, su destinatario, Ramón M.G., que supuestamente iba a venderlo a distribuidores de la zona, se enfrenta a una elevada condena de nueve años de prisión que solicita para él la Fiscalía de A Coruña. El procesado será juzgado el próximo jueves en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial.
En el primer paquete de chocolate perfectamente etiquetado se escondía cocaína por valor de 62.000 euros y en el segundo, mercancía valorada en 72.000. El fiscal pide además para el acusado una multa de más de 300.000 euros que, en caso de impago, será sustituida por más días de privación de libertad.
La idea de los traficantes colombianos para camuflar la droga y ampliar su negocio global se conoció en Galicia hace casi una década. En diciembre de 2007 la Udyco de la policía descubrió un laboratorio en Redondela (Pontevedra) donde una red compuesta por gallegos y sudamericanos empleaba el chocolate para encubrir la mercancía ilegal.
La denominada Operación Cocina pilló con las manos en la masa a los cinco traficantes implicados en un chalé del barrio de Quintás, donde extraían y secaban el clorhidrato de cocaína con un material químico muy sofisticado que luego mezclaban entre los envoltorios de las tabletas de chocolate. La misión de los “cocineros” era extraer los restos de cocaína que venía de Colombia entre el cartón, el papel y el estaño que envuelve la chocolatina. El grupo utilizaba como correos a pasajeros que volaban desde Argentina y Bolivia a Madrid y Oporto.
En las tiendas de los aeropuertos estos correos compraban decenas de chocolatinas y pedían la factura para no levantar sospechas al pasar las aduanas. Los traficantes incluso llegaron a trasladar todo su equipo químico a otro laboratorio de Monçao (Portugal) por su proximidad al aeropuerto de Oporto.
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