Madrid desde el agua
Madrid cuenta con más de 1.500 federados en actividades náuticas. Los embalses y lagos de la región cuentan con clubes de piragüismo y kayak.
Hasta anteayer, para muchos madrileños, remar esa solo una actividad recreativa para disfrutar del Retiro. Pero tener a Saúl Craviotto, medallista que entrena en Madrid, por cierto, entre las glorias olímpicas tras el oro conseguido con Cristian Toro en Brasil, cambia la película. La hazaña en Río del madrileño de adopción despierta la ilusión de los que se suben a un kayak en Madrid, que no son pocos. La Federación Madrileña de Piragüismo estima que podría haber (la temporalidad de las licencias es variable) más de 1.500 federados y es difícil encontrar un lago o tramo de río en la Comunidad sin club de piragüismo en verano.
“Aquí la modalidad de aguas bravas es inviable, pero hay ríos y superficies de agua tranquila donde practicar”, apunta un portavoz de la Federación. El lago de la Casa de Campo o el del Retiro, el Pantano de San Juan, Buitrago de Lozoya o el Tajo por su paso por Aranjuez –con uno de los clubes más importantes, por cierto– son algunos de los puntos de encuentro más populares para los amantes del paleo, tanto de competición como de recreo. “El 24 de septiembre se celebra aquí el campeonato de España de Kayak Polo, que tiene mucho atractivo”, explican desde la Federación.
La villa amurallada de Buitrago de Lozoya –Bien de Interés Cultural desde 1993–– recibe de mayo a septiembre a unas dos mil personas que buscan navegar a los pies de Somosierra cada semana. El paseo da la oportunidad de conocer la historia del monumento navegando el embalse de Puentes Viejas, “que parece un río y que, según remas, cambia y aparecen nuevos rincones”, apunta Nacho Barreto, de Aventura Sierra Norte, “cada año hay más interés”. La hora de alquiler cuesta 7 euros. Y en dirección contraria, el club Yucalcari saca sus barcas a la orilla del Pantano de San Juan; San Martín de Valdeiglesias se llena de familias y grupos de amigos que le dan al kayak por 10 euros la hora.
Aunque el uso recreativo de las canoas es la postal más frecuente cuando se habla de piragüismo, de Madrid salen todos los años competidores de kayak polo, kayak de aguas tranquilas, descensos de ríos... Pensar en el lago de la Casa de Campo es pensar en barquitas, pero el club lleva en el agua ¡más de cincuenta años! Julián Neira es profesor allí, en Kayak Arberche; es, además, uno de los piragüistas de maratón internacional más jóvenes del país. “Para entrenar mejor nos vamos al Sella o, en general, al norte”, cuenta, “pero en el lago de la Casa de Campo se puede trabajar la resistencia”.
Alquilar una piragua y darse al kayak parece buen broche para los que no terminan de soltar las vacaciones. Para ellos, está bien tener en el radar los embalses de la Pinilla y el Atazar, con cursos por 8 euros la hora; los de iniciación en la Casa de Campo, por cierto, son cuatro días por 60 euros. Sin excusas para remar durante un día, un fin de semana o todo el verano... Bueno, o lo que de él queda, que aún es un rato.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.