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Una sopa de fideos emocionante

La actriz madrileña , que hace la compra en una tienda ecológica, es una apasionada de las tascas castizas y de jardines y plazaas recónditas

La actriz María Adánez pasea por la capital. De fondo, la catedral de la Almudena.
La actriz María Adánez pasea por la capital. De fondo, la catedral de la Almudena.ÁLVARO GARCÍA

1. Plaza de Gabriel Miró. Tiene uno de los atardeceres más espectaculares de la ciudad con la catedral de la Almudena y la Casa de Campo de fondo. Los naranjas, rosas, incluso morados que se mezclan en el cielo, hacen que Madrid sea una de las ciudades con los cielos más impresionantes.

 2. Kiki Market. La tienda donde casi siempre hago la compra. Es como un ultramarinos de toda la vida, pero todos sus productos son ecológicos: la verdura, los vinos, el embutido... El local está precioso decorado. Me encantaría tener un negocio así, con esa filosofía. Me gusta el contacto con la gente, salir a hacer la compra, elegir el género, hablar con los dependientes. Se me resiste la compra por internet. (Cava Alta, 21)

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3. Restaurante Malacatín. Para comer el mejor cocido. Es muy difícil reservar, pero como soy vecina del barrio y bastante asidua, casi siempre me buscan un pequeño hueco. Se me saltan las lágrimas con la sopa de fideos, sólo superada por el puchero de mi madre. (De la Ruda, 5)

4. Jardín Príncipe de Anglona. Un jardín precioso junto a la plaza de la Paja. Me recuerda a los jardines londinenses; escondidos, acogedores y con pequeñas fuentes. El típico sitio por el que puedes pasar por delante mil veces y, si no lo conoces, pasa desapercibido. Un lugar muy romántico para descansar del ajetreo de la ciudad o leer un libro. (Príncipe Anglona)

5. La muralla árabe de Madrid. Son los restos más antiguos de la ciudad, en el lugar donde comenzaron los primeros asentamientos árabes. No los conocía y hace poco mi pareja me llevó. ¡Tiene narices que sea un alicantino el que se lo enseñara a una madrileña! (Cuesta de La Vega, 1)

6. La Venencia. Anclado castizamente en el tiempo. En esta auténtica tasca sólo puedes pedir vino blanco de Jerez y no aceptan propinas. (Echegaray, 7)

7. Casa Patas. Pude disfrutar de toda la movida flamenca de los años noventa que ocurría en este local-restaurante. Desde Maite Martín, a la Barbería del Sur, hasta el día de hoy, ha sabido evolucionar con los tiempos. (Cañizares, 10)

8. Caripen Bistró. El lugar para afrancesarse en Madrid. Hay que degustar sus mejillones de roca con nata y la raya a la mantequilla, entre otras exquisiteces. Su atmósfera recuerda a las películas de Woody Allen. Ideal para cenar a horas intempestivas como después de una función de teatro. Dan de cenar hasta las tres de la mañana. (Plaza de la Marina Española, 4)

9. Mercado de San Antón. Uno de los aciertos urbanísticos y de ocio de la ciudad. Su terraza da un respiro al barrio. Antes de mudarme a La Latina, viví once años en Chueca y con este espacio tuve una relación de amor-odio. Mi casa estaba pared con pared por lo que sufrí todas las obras —que fueron interminables. Una vez acabado me sedujo; me parece una joyita. (Augusto Figueroa, 24)

10. Plaza de la Encarnación. Siempre he querido vivir ahí. Cuando hice la película Cha-cha-chá, la casa de mi personaje estaba ahí ubicada y fue un flechazo. Entonces la plaza era un reducto de paz, con el encanto de tener en medio el misterioso convento de la Encarnación, lleno de reliquias como la sangre de San Pantaleón, que dicen que permanece sólida y una vez al año, durante el verano, se licúa.

Una madre contra el acoso

La actriz María Adánez (Madrid, 1976) —también guionista y directora del corto 5ºB escalera dcha— protagoniza la obra El pequeño poni, una historia sobre acoso escolar basada en hechos reales, de Paco Bezerra y dirigida por Luis Luque en el Teatro Bellas Artes (hasta el 16 de octubre).

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