Sánchez Flores afina al Espanyol

En el Espanyol están encantados con su nuevo entrenador, Quique Sánchez Flores. “Estamos trabajando muy bien, los ejercicios a nivel táctico son espectaculares y estamos recuperando la confianza que habíamos perdido”, afirman desde el vestuario. Sánchez Flores no quiere dejar ningún detalle al azar —solicita informes médicos de sus muchachos después de cada entrenamiento— y le presta especial atención a las jugadas a balón parado. Un déficit blanquiazul en las últimas temporadas: el año anterior recibió el 20% de los tantos en esa suerte y en la campaña 2014-15, alcanzó el 27%. El preparador madrileño quiere un equipo duro en las áreas y dedica buena parte de los entrenamientos a la estrategia.

Ocurrió, sin embargo, que en el primer partido de la pretemporada ante el Utrecht (1-1) encajó a balón parado el tanto del cuadro holandés. En cualquier caso, ayer ante el Excelsior (0-3) se comenzaron a recoger los frutos del trabajo. Óscar Duarte abrió el marcador con un testarazo después de un saque de esquina de Reyes. La goleada la completaron Leo Baptistao y Álvaro González. Tanto el delantero brasileño como el central cantábrico fueron los únicos dos futbolistas que el entrenador madrileño utilizó en los tres amistosos.

Sánchez Flores comienza a afinar al Espanyol, que cerró la gira por Holanda con un saldo de un empate y dos victorias (la primera fue ante el Almere City, de la segunda división, por 1-2). “Ha sido nuestro partido más completo”, analizó el técnico blanquiazul. Y concluyó: “Empieza a interiorizarse la idea de lo que queremos en ataque. Pero, más allá del resultado, el balón va circulando cada vez más deprisa, creamos espacios en el centro del campo y los centrales se atrevan a conducir… Hay detalles que me gustan”.