Los tesoros de la Phillips Collection
Picasso, Manet, Monet, Degas, Van Gogh, Cézanne, Courbet, Matisse, Modigliani, Braque, Pollock, O’Keeffe y Rothko... 60 pinturas de 44 artistas llegan a Caixaforum
Descendiente de una poderosa familia de industriales de Pittsburgh, Duncan Phillips (1886-1966) parecía destinado a ampliar los negocios paternos. Formado en Yale, su destino cambió cuando, junto a su hermano James, realizó en 1911 un viaje por Europa para estudiar pintura en París y recorrer los principales museos del continente, entre ellos el Prado. A su vuelta decidió convertirse en crítico de arte y comenzar una colección centrada en la pintura norteamericana contemporánea y la europea de los siglos XIX y XX.
La muerte repentina del padre y el hermano hicieron que Phillips se dedicara exclusivamente a su colección. En otoño de 1921 decidió abrir la casa familiar de Washington reconvertida en el museo de arte moderno más importante de EE UU. Hasta su muerte, en mayo de 1966, el mecenas siguió ampliando su colección y también lo han seguido haciendo sus herederos. Así sumaron las 4.000 obras que completan una colección de la que ahora se cumple 95 años.
La efeméride sirve de pretexto para que 60 pinturas de artistas como Picasso, Manet, Monet, Degas, Van Gogh, Cézanne, Courbet, Matisse, Modigliani, Braque, Pollock, O’Keeffe o Rothko se exhiban en Caixaforum Madrid (hasta el 23 de octubre) tras su paso por Roma y Barcelona.
Bajo el título Impresionistas y Modernos. Obras maestras de la Phillips Collection, la muestra es un paseo por la historia de la pintura de los últimos 175 años, en palabras de Elisa Durán, directora adjunta de la Fundación La Caixa. “Buscamos un relato como hilo conductor de nuestras exposiciones, pero esta vez cada cuadro es tan importante que representa una historia por sí mismo”.
El diseño expositivo permite recorrer los principales capítulos de la historia reciente del arte a través de muchos de sus cuadros icónicos. De hecho, el recorrido es como contemplar un libro que recoge las láminas esenciales de cada movimiento con los artistas más importantes y sus obras principales. Solo que aquí el visitante se encuentra con el maravilloso original. Como ejemplos baste señalar Las bailarinas en la barra de Degas (1900), Mujer con sombrero verde (1939) y La habitación azul, (1901) de Pablo Picasso; La montaña Sainte-Victoire (1886-1887), de Paul Cézanne; Otoño II (1912), de Wassily Kandinsky, o La pequeña bañista (1826), de Ingres.
Un ‘Prado’ americano
Susan Behrends Frank, conservadora de la Phillips y comisaria de la exposición, explica que el montaje es una narración de seis conversaciones temáticas, y muy íntimas, entre las obras de la colección: Clasicismo, Romanticismo y Realismo; Impresionismo y Posimpresionismo; París y el Cubismo; Intimismo y Arte Moderno; Naturaleza y Expresionismo y Expresionismo Abstracto. “Cuando, al filo de los 30 años, Duncan Phillips decidió convertirse en coleccionista y mecenas”, cuenta la comisaria, “soñaba con un diálogo universal del arte entre los viejos maestros y los nuevos, sin barreras geográficas. Su visita a Madrid en 1911 influyó en su visión del arte hasta el punto de que decidió que solo quería obras maestras para montar un Prado americano. Soñaba también con que la visita a un museo fuera un ritual similar al de visitar la Iglesia y cada pintura un punto de contemplación en sí mismo”.
Añade la comisaria que Duncan Phillips compraba siguiendo exclusivamente su propio gusto, sin tener en cuenta tendencias ni consejos interesados. Algunas de esas primeras compras las realizó durante el tiempo en que estudió arte junto a su hermano en París. Allí conoció al famoso marchante Paul Durand-Ruel, y allí vio por primera vez El almuerzo de los remeros, de Renoir (1880-1881); Ensayo de ballet de Degas (c. 1885), y El ballet español de Manet (1862). No las olvidó: las tres obras pasaron, tiempo después, a formar parte de la Phillips Collection.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.