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Ramon Casas, irónico y crítico

El MNAC expone 11 sombras chinas creadas para Els Quatre Gats

José Ángel Montañés
Las sombras chinas creadas por Casas y Meifrén de Maurici Vilomara (izquierda), Pompeu Gener y Àngel Guimerà, que se exponen en el MNAC.
Las sombras chinas creadas por Casas y Meifrén de Maurici Vilomara (izquierda), Pompeu Gener y Àngel Guimerà, que se exponen en el MNAC.Mnac

Cuando el dentista Josep Meifrén, hermano del pintor Eliseu, se instaló en casa de su sobrina Carolina, llevaba, entre sus pertenencias, una pequeña caja que contenían unas figurillas articuladas de cartulina y alambre. Un tesoro que conservaba desde que las había creado, junto a Ramon Casas, para hacer representaciones durante las veladas en el templo del modernismo catalán: el café Els Quatre Gats. Al fallecer Meifrén, las figurillas que representan a personajes de la época como Àngel Guimerà, Miquel Utrillo, Pompeu Gener, Pere Romeu o el propio Casas, pasaron a su sobrina y de esta a su hijo Pere Jiménez-Meifrén que las ha tenido presidiendo el salón de su casa hasta hace poco. Ahora, y por diez años, estas figurillas únicas han sido depositadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). “Es el mejor sitio donde pueden estar, junto a otras obras de Casas”, explicó el donante ayer durante la inauguración de la exposición Ramon Casas y las sombras chinas de Els Quatre Gats,la aportación del museo al Año Casas que conmemora los 150 años de su nacimiento y que descubre, a partir de las sombras chinas y otras 43 obras, la vertiente más bohemia e irónica de este artista.

Cartel de Ramon Casas y Miguel Utrillo 'Sombras. Quatre Gats', de 1897.
Cartel de Ramon Casas y Miguel Utrillo 'Sombras. Quatre Gats', de 1897.Mnac

Las figurillas son la única representación de una larga tradición de diversión popular de la Barcelona del siglo XIX, tal y como demuestran estampas y carteles en los que se anunciaban los espectáculos programados por el grupo en el café que creó Pere Romeu a semejanza de los de París. La exposición, montada en la sala donde se muestran dos de las icónicas obras de Casas: Ramon Casas i Pere Romeu en un tàndem (1897) y Ramon Casas i Pere Romeu en un automòbil (1901), en el que el pintor aparece con dos protagonistas de la vida bohemia de la Barcelona modernista, permite descubrir (mediante un boceto casi inédito) que el tándem fue mutilado por sus lados más de un metro por Plandiura para poder exponerlo en su casa. Junto a estas pinturas, posters, álbumes y programas de mano donde se anunciaban las sombras chinescas o francesas y espectáculos de polichinelas en Els Quatre Gats y en otras salas similares de París y Londres, dando a entender lo generalizado que estaba las sombras.

'Puchinel·lis. Quatre gats', de Ramon Casas (1899).
'Puchinel·lis. Quatre gats', de Ramon Casas (1899).Mnac

La muestra, comisariada por Francesc Quílez, reivindica la personalidad contradictoria del pintor, frente al convencionalismo que se ha remarcado a partir de sus obras icónicas y elitista para la burguesía, al presentar obras de un arte menor. “Pone en valor y contextualiza un conjunto inédito del fondo del museo a la vez que reivindica a un Casas bohemio que buscaba la recuperación de las tradiciones populares; una visión que descubre su versatilidad casi renacentista, además de su ironía y sentido del humor”, remarca el comisario.

Según Quílez, las sombras chinas influyeron también en el repertorio y aportaron soluciones y efectos visuales en las producciones gráficas de comienzos del siglo XX, como la obra más emblemática y reproducida de esta tipología: El cartel de Steinlen, Tournée du Chat Noir (1896), el famoso gato negro de enigmática y maléfica sombra que puede verse en la muestra.

Invitación a una sesión de sombras chinas en Els Quatre Gats.
Invitación a una sesión de sombras chinas en Els Quatre Gats.Biblioteca Folch i Torres

En cuanto al sentido de estas figuras, no existe documentación, pero Quílez cree que Casas y Meifrén las crearan para representar pequeñas obras para perpetuar la memoria de algunos de los personajes que se reunían en el café. “La llegada del cine acabó con las sombras”, explicó.

Jiménez-Meifrén decidió donar las figurillas tras comprobar en una exposición sobre Casas que se hablaba de las sombras chinas pero que no se conocía que habían sobrevivido. “Como no puedo vivir sin ellas solo pido a los responsables del MNAC que hagan una reproducción para volverlas a poner en casa”, remachó.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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