Un ‘Quadern’ con mucho arte

Premio para Quadern, el suplemento cultural en lengua catalana de EL PAíS en la gran velada del arte en Cataluña. El Quadern fue uno de los galardonados ayer en la IX Noche del Galerismo celebrada en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), con la presencia de una amplia representación del mundo artístico y político catalán. Los premios GAC que concede el Gremio de Galerías de Arte de Cataluña destacaron, entre otros, a artistas y profesionales como Sean Scully, Manel Esclusa, Rafel Tous y, añadiendo más reconocimiento al Quadern, Josep Casamartina, que ejerce la crítica en el suplemento desde 1997. La gala de entrega, en el caluroso subterráneo macbabúnker y presentada por Carolina Rosich, fue una oportunidad para que el sector del arte expresara su voluntad de excelencia y de resistencia en condiciones difíciles. Se escucharon —aparte de una música discotequera más propia del Sónar— reivindicaciones como la de que el nomenclátor barcelonés reconozca algunos de los nombres históricos del galerismo de la ciudad.

Tras unas palabras del anfitrión, Ferran Barenblit, director del Macba, la presidenta del comité organizador de los premios, Mònica Ramon, recalcó que las galerías no están precisamente en su mejor momento y recabó apoyo institucional. Seguidamente, aparecieron en una pantalla los nombres de personajes del sector fallecidos este año, entre ellos Leopoldo Rodés, Manel Clot o Carles Hac Mor.

Los primeros premios que se entregaron fueron los honoríficos GAC-Fundación Banco Sabadell al artista dublinés Sean Scully y al galerista Francesc Mestre. El primero, cuyo galardón recogió Carlos Taché, envió un vídeo en el que recalcaba el sentido espiritual de su obra. El veterano Mestre fue el que reivindicó ante autoridades municipales presentes, como el segundo teniente de alcalde Jaume Collboni o el concejal Juanjo Puigcorbé, calles para colegas en su “noble e incomprendida profesión”, como Josep Dalmau, Miquel Gaspar o René Metras. Seguidamente, Vicky Combalía, presidenta del jurado, de redundante amarillo limón, explicó que este año han trabajado de manera más profunda y se han añadido categorías para reconocer la riqueza del ecosistema artístico.

El premio al coleccionismo fue para Rafel Tous, el fundador de Metrònom, que subrayó la existencia de dos tipos de coleccionistas, los que lo son para especular y los que lo son por amor al arte, entre los que se incluyó. Los hermanos Jordi y Eduard Mayoral recogieron el premio a la mejor exposición histórica en galería por Chillida. Despertar. En un gesto inesperado, hicieron votar a mano alzada si el país tiene futuro: salió que sí. La galería Marc Domènech recibió el premio a la mejor programación en galería, y Enric Farrés, el DKV al artista emergente por su exposición en la galería EtHall. El veterano fotógrafo Manel Esclusa recogió el de artista consolidado por su muestra en Eude.

Casamartina dedicó su premio a sus padres y, en un detalle muy emotivo, al fallecido Agustí Fancelli, que le fichó para el Quadern. Bromeó luego con que la también responsable de Cultura del diario, Catalina Serra, hizo un experimento “digno de Frankenstein o Tim Burton” demediando la crítica de arte entre él y Ángela Molina, que siguen de titulares. El redactor-jefe de la edición catalana de EL PAÍS, Miquel Noguer, y el responsable de Quadern, Carles Geli, recogieron el premio al suplemento otorgado por “su especial atención a las galerías de arte catalanas y el rigor informativo que muestran todos sus colaboradores”. Geli evocó el arte y la vida como una serie de eslabones, de los que forman parte, dijo, tanto los galeristas como el suplemento, y destacó como en su primer número, hace 34 años, el 10 de octubre de 1982, el Quadern lucía el premonitorio epígrafe “Arts i lletres en llengua catalana”. Destacó que el Quadern es uno de los suplemento en catalán más antiguo en activo y tuvo también palabras de recuerdo para Fancelli.

Tras el premio al comisariado (Laurence Rassel y Hans Werner Poschauko por la exposición de María Lassnig en la Tàpies), Collboni expresó la deuda de la ciudad con los galeristas, aunque no recogió el guante del nomenclátor. Por su parte, el consejero de Cultura, Santi Vila, felicitó el coraje de los galeristas y su carácter emprendedor, aludió al vivido Momento Mayoral de confianza en el país, y tuvo el detalle de no citar en su parlamento al veterano suplemento cultural en catalán premiado sino a La Vanguardia.