‘Willkommen’ a la noche de los musicales
La novena edición de los Premios del Teatro Musical reconoce la labor de los profesionales de un género que ha conquistado al público y a la crítica
Existen unos premios en los que no se entrega el busto de Goya, ni una manzana con antifaz como en los Max, ni siquiera llevan el nombre de algún autor o algún personaje literario ilustre. Se llaman simplemente Premios del Teatro Musical (PTM). Y los entregan, desde hace nueve años, los propios profesionales de este género, que, desde la Gran Vía madrileña ha conquistado España: "los musicales tienen [en todo el país] un impacto económico de más de 250 millones de euros anuales", cuentan desde Stage Entertainment, productora responsable de El Rey León, Los Miserables o Sister Act.
Pese a esos números, para muchos cantantes, actores, bailarines, directores o figurinistas vivir de esto sigue sin ser fácil. De hecho, todos los que participan en la gala de los premios de los musicales lo hacen por amor al arte. "Todo el mundo colabora en especie, con lo que mejor sabe hacer", cuenta Raúl Ibai, jefe de escena y organizador de los premios. "Es una oportunidad de ser visto y celebrar con los compañeros", añade Ibai que monta este tinglado junto a la coreógrafa Sonia Dorado. Estos premios son, junto los BroadwayWorld Spain que otorga el público a través de votación online, las grandes ocasiones que tiene la profesión para demostrar su talento y creatividad.
En la última edición de los PTM, celebrada la noche del lunes en el Teatro San Pol de Madrid, partía como favorito Cabaret, de la productora SOM y protagonizado por Cristina Castaño, Edu Soto y Daniel Muriel. La historia que canta la decadencia de la República de Weimar y el ascenso de los nazis en la Alemania de los años treinta, se llevó 8 de los 13 galardones a las que aspiraba. El otro gran vencedor con tres distinciones fue Iba en serio, musical autobiográfico ideado por Jorge Javier Vázquez. "Ha atraído al teatro a mucha gente que nunca había pisado uno", apunta Ibai sobre este espectáculo. El presentador de televisión cedió el protagonismo a sus actores: Alejandro Vera y Kiti Mánver, que triunfaron en las categorías de mejor actriz y mejor actor revelación, respectivamente. Mánver, consumada chica Almodóvar, ha reconducido con éxito su carrera hacia el musical en los últimos años
Los vítores y los saludos por parte del público salpicaban los discursos de aceptación. “Me siento en familia”, repetían los ganadores. Los números musicales amenizaron la gala con guiños a algunos de los éxitos recientes de Broadway. Sonaron las melodías de Matilda, con un elenco de cinco jóvenes promesas de la escena musical, y Kinky Boots, (el musical que ha arrasado en Broadway con música de Cyndi Lauper), interpretado por la Asociación Cultural el Teatro Musical, una institución que tiene el objetivo de difundir la cultura de los musicales por España. "Queremos demostrar que podemos hacer lo mismo que se hace en Broadway y con una calidad semejante", apunta Omar Antxundia, actor y presidente de la asociación. Como maestros de ceremonia ejercieron los actores y cantantes Inés León y Marcos. Ambos con tablas en los musicales –en Shrek y Quisiera Ser y We will rock you y El diario de Ana Frank, respectivamente- engrasaron con soltura y un humor socarrón los momentos de transición.
El actor Lorenzo Valverde, padre de las actrices Marta y Loreto, recibió el premio honorífico de manos de sus nietos. Justo antes de abandonar el escenario interpretó a cappella unos compases de El diluvio que viene, musical italiano de éxito estrenado en España en 1977. Fue el debú de Valverde en los escenarios. La sastrería Cornejo, que lleva casi un siglo vistiendo espectáculos y superproducciones de Hollywood (como Doctor Zhivago, Los miserables o Piratas del Caribe), y el actor y compositor Ferrán González responsable de los musicales Pegados y Mierda de Artista, completaron el listado de los premios honoríficos de la velada. Todo acabó con un sugerente número cargado de plumas y corsés e inspirado en la película Burlesque, que hacía referencia a la próxima gala, la décima o “X”, como burlonamente decidieron llamarla. Durante el número final no aparecieron sobre las tablas ni Cher ni Christina Aguilera, protagonistas de la película, sino Inés León. Por su entusiasta reacción, el entregado público no notó la diferencia.
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