La ANC vive hoy las elecciones más tensas de su historia

La Asamblea Nacional Catalana celebra hoy las elecciones a su secretariado en medio de una profunda crisis y división interna. Los 33.000 socios de la entidad soberanista, el principal motor de las gigantescas movilizaciones de la Diada, están llamados a votar en los diversos colegios diseminados por toda Cataluña a los 77 miembros del secretariado. Los integrantes de este órgano serán quienes dentro de una semana elegirán a su presidente. Jordi Sánchez opta a la reelección y, ante sí, concurre un bloque crítico que aspira a la renovación. Los rostros más visibles del grupo son Antoni Baños, exdiputado de la CUP, y Quim Torra, expresidente de Òmnium Cultural. El proceso electoral empezó el martes con el voto telemático y concluye hoy con el presencial. Las urnas se cerrarán a las 14.00 horas.

Pese a que hoy no se conocerá al presidente, el resultado de la votación dará una idea de la correlación de fuerzas dentro de la entidad. Dividida ya desde hace tiempo -Sánchez fue reclamado en 2015 para relevar a Carme Forcadell como hombre de consenso-, la ANC ha visto como se fracturaba por la influencia política que ha ejercido sobre el proceso soberanista. Los militantes de los dos sectores se acusan mutuamente de estar siendo utilizados por la órbita de Convergència y Esquerra. Partidarios de Sánchez consideran que la ANC siempre ha sido el espacio natural de ERC y los críticos no perdonan a Sánchez que intercediera para impulsar la lista unitaria de cara al 27-S a la que tanto se resistieron los republicanos y se opuso la CUP. Esa división ya se visualizó en la asamblea de Manresa de hace un mes aunque en ella quedó ratificado el modelo de elección del presidente, también ya muy discutido: se aprobó que debe ser el secretariado y no los socios quienes voten al líder.

Los estatutos de la ANC prohíben que concurran candidaturas pero el bloque crítico, integrado también por miembros del actual secretariado, lanzó la semana pasada un órdago a la dirección firmando un artículo en VilaWeb para visualizarse como corriente. Fue una forma de no acatar una resolución del secretariado tras una disputadísima discusión jurídica entre los dos grupos. Su finalidad es recuperar a la entidad como punta de lanza del soberanismo civil desmarcándose así de la supuesta presión de los partidos e instituciones. El gesto cayó como un jarro de agua fría en el sector oficialista. La Junta Electoral descabalgó del proceso inicialmente a Torra por incompatibilidad del cargo -es director de Torra es director de Centro de Estudios de Temas Contemporáneos de la Generalitat- pero al final le permite que concurra con una salvedad: deberá renunciar a ese puesto si sale elegido.

Al texto de los críticos, le han seguido otros artículos publicados en la página web de históricos de la organización que les acusan de actuar al dictado de otros partidos en alusión a Esquerra aunque no la llegan a citar. En ese clima de furiosa tensión -el papel de la Junta Electoral ha sido muy cuestionado-, los 33.000 socios votan al secretariado con la incógnita de saber que papel acabará asumiendo la ANC en el proceso independentista si bien las dos partes concluyen en que es irremediable que culmine en un referéndum, autorizado o no.