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Carmena cierra dos discotecas ilegales toleradas por el PP en la Casa de Campo

Su responsable afirma que el PP no sólo hizo la vista gorda sino que le ofreció bajo cuerda abrir sin pagar alquiler

La discoteca Bombay permanecía cerrada el viernes por la noche.
La discoteca Bombay permanecía cerrada el viernes por la noche.SANTI BURGOS

El Ayuntamiento de Madrid ha ordenado clausurar dos discotecas ilegales que el anterior gobierno local licitó como terrazas en la Casa de Campo y luego permitió que operaran hasta las cuatro de la mañana con música a todo volumen, DJ y gogós. La exalcaldesa Ana Botella (PP) negó su existencia, pero han seguido operando hasta el pasado verano sin ni siquiera pagar el alquiler al Ayuntamiento. En su defensa, su responsable afirma que el PP no sólo hizo la vista gorda sino que le ofreció cometer esa irregularidad bajo cuerda. El PSOE actuará contra los anteriores responsables locales por “prevaricación”.

La empresa municipal Madridec licitó en 2012 la explotación de siete terrazas en el recinto ferial de la Casa de Campo durante un plazo de cinco años prorrogables. Madridec quebró y fue liquidada en 2013 por su elevada deuda. Los recintos feriales —que gestionaba junto a otras instalaciones, como la Caja Mágica— no fueron la causa de su hundimiento, pero sí un quebradero de cabeza para el Ayuntamiento. Eran edificios ruinosos (no cumplían las condiciones mínimas de seguridad) y se vieron arrastrados además por el descrédito de la tragedia del pabellón Madrid Arena en noviembre de 2012. Muchos de los restaurantes de la zona adeudaban hasta dos años de alquiler al Ayuntamiento, que mantenía pese a ello las concesiones. Entre las posibilidades que barajó el gobierno local estuvo la construcción de una noria gigante al estilo londinense para atraer visitantes. La licitación de las terrazas formaba parte así de esa estrategia de revitalización, pero también fue baldía.

Según las alegaciones presentadas el pasado 2 de marzo por la empresa Garden Bang, responsable de las dos discotecas cerradas, el Ayuntamiento quiso crear “un nuevo espacio de ocio” al entender que los restaurantes “no eran suficiente” y hacían falta “nuevos ámbitos de esparcimiento de la juventud”. “A tales efectos, convocaron a muchos promotores de ocio a una reunión conjunta previa”, y finalmente licitaron los mencionados pliegos. “Tres días antes del vencimiento se nos llamó de manera expresa para que nos presentáramos ya que no había nadie”, añade Garden Bang, que respondió que no estaba interesada en explotar terrazas sino en “otra idea mejor para todas las partes”. “La respuesta fue que no nos preocupáramos, que nos rogaban que nos presentáramos y, con posterioridad, en la redacción del contrato, se incluiría nuestro alegato inicial”, añade el escrito.

Garden Bang terminó haciéndose con dos de los siete espacios licitados: el bautizado como E, en el número 7 de la ronda del Lago, donde abrió el “club nocturno” Akua en verano de 2012 con un alquiler de 22.072 euros al año; y el D, en el número 10 de la calle Ferial, donde abrió Bombay un año después por 20.000 euros de canon anual. En su escrito, denuncia que Madridec le “obligó” a usar y mantener dos aparcamientos anexos “muy deteriorados”.

Según la empresa, sus actividades “no son de discoteca, ya que la música y las carpas están autorizadas por la licencia de funcionamiento”. Según su contrato, debía cumplir la ordenanza de terrazas, con un horario de diez de la mañana a dos de la madrugada (media hora más en fin de semana). Pero el Ayuntamiento le concedió finalmente una licencia de bar. Esta “discrepancia”, como la califica el actual gobierno municipal, afecta tanto al horario como a la música y a las actuaciones en directo.

El contrato “no admite la actividad de discoteca”. Pero en su página web se publicitan como “club nocturno” con horario de diez de la noche a cuatro de la madrugada. La Policía Municipal acudió los días 2, 7 y 9 de agosto (ya con Ahora Madrid en la alcaldía) y levantó acta de que “la licencia autorizada no se ajustaba a la actividad real”. Música a todo volumen, varias zonas de baile, disc jockeys, gogós... La policía detectó además una posible superación del aforo (de 1.853 personas en Akua, aunque en su página web se anunciaba que cabían 3.000). Y todo ello sin el correspondiente plan de emergencias y a solo un tiro de piedra del Madrid Arena.

El PSOE lo denunció en 2012

Según el acta policial, el local recibió permiso en 2014 de la Concejalía de Urbanismo para abrir hasta las cuatro de la madrugada, pese a su condición de terraza. Y tenía autorización desde 2012 de la Concejalía de Medio Ambiente para poner música por las noches, una vez más, pese a ser una terraza.

Cuando el diario El Mundo publicó su existencia, Botella negó que fuera “una macrodiscoteca fantasma”. Fue el PSOE el que denunció la adjudicación, pero la policía no inspeccionó “jamás” los locales, según la concejal socialista Mar Espinar. “Una vez más, el PSOE tenía razón. El PP prevaricó al no ejercer conscientemente su labor de inspección y control de actividades ilegales. Y vamos a reclamar que se actúe con toda la contundencia contra los responsables de ese cúmulo de irregularidades y/o presuntas actividades delictivas”, añade Espinar.

La empresa municipal Madrid Destino (que se subrogó los contratos de la quebrada Madridec) envió un requerimiento a Garden Bang el pasado 18 de febrero en el que le conminaba a abonar una deuda pendiente de 25.647 euros y le anunciaba la resolución del contrato por realizar una actividad contraria a lo acordado: no son terrazas sino discotecas.

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