Los médicos del Arena solo reanimaban a una joven cuando llegó el Samur
Viñals se quejó de que le llevaran a las víctimas tras atender a muchos borrachos durante toda la noche
Cuando los sanitarios del Samur llegaron la noche del 1 de noviembre de 2012 al Madrid Arena, donde cinco muchachas murieron aplastadas durante la celebración de una fiesta de Halloween, encontraron a tres jóvenes en la enfermería. De ellas, una estaba siendo sometida a reanimación. Las otras dos solo tenían ventilación asistida. Los responsables, el doctor Simón Viñals y su hijo Carlos, no les practicaban masajes cardiacos.
Así lo manifestó ayer el supervisor del Samur que estaba de guardia aquella noche, Antonio San Juan, durante una nueva sesión del juicio por la tragedia. Cuando San Juan llegó, solo un técnico sanitario contratado para la fiesta estaba haciendo la reanimación cardiopulmonar. El responsable de la enfermería estaba “de pie en la puerta y sin hacer masaje cardiaco ni dar ninguna orden”.
“A la entrada me dijo, me sorprendió muchísimo y no deja de sorprenderme, que [Viñals] el que fuera concejal nuestro me dijera: ‘Llevo toda la noche atendiendo a borrachos y mira ahora lo que me han traído’. Es una frase de impotencia. Nada les estaban haciendo y es como si empezáramos desde el principio”, destacó San Juan.
El responsable del Samur también declaró que no vio ninguna ampolla de adrenalina ni epinefrina en la enfermería. Esta hormona se utiliza para revertir las paradas cardiorrespiratorias. Además, ninguna de las tres jóvenes tenía vías cogidas, por lo que tampoco había un medio para inyectar estas sustancias.
Cuerpos sin marcas
La declaración del supervisor del Samur se produce un día después de que el técnico sanitario Rodrigo Morales testificara que Viñals no sabía manejar el desfibrilador y que tuvo que ser él mismo quien le explicara cómo funcionaba. El propio San Juan explicó ayer que en los cuerpos de las tres chicas no había marcas de haber aplicado las palas de los desfibriladores ni del gel que se usa para transmitir la descarga eléctrica. “Yo no recuerdo que hubiese”, concluyó.
El supervisor aseguró que el Samur no estaba en la fiesta porque el organizador, Miguel Ángel Flores, había contratado un servicio privado de médicos y enfermería. El equipo lo formaban el doctor Simón Viñals, de 72 años; su hijo, Carlos Viñals, y un auxiliar, Cecilio Page, de 81 años, que se había jubilado en 1997, así como cuatro técnicos sanitarios.
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