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Sólo dos coches de la Guardia Civil vigilan Las Rozas y Majadahonda

Parte de las competencias del instituto armado las está realizando en los últimos mese la Policía Local

F. Javier Barroso
Un coche de la Guardia Civil patrulla por Majadahonda.
Un coche de la Guardia Civil patrulla por Majadahonda.carlos rosillo

Dos de los municipios más importantes de la zona noroeste de la región tienen la vigilancia bajo mínimos. Un solo coche patrulla de la Guardia Civil se encarga de atender todos los requerimientos de los ciudadanos en Majadahonda. Igual ocurre en la vecina localidad de Las Rozas. En ambas, las policías municipales están asumiendo atribuciones que pertenecen al instituto armado. La falta de agentes ha motivado, incluso, que no haya ni un solo coche en algunos turnos, en especial durante las vacaciones. La Comandancia de Madrid reconoce el problema, que lo achaca a la pérdida de personal.

El cuartel de Las Rozas ha sido históricamente el más grande de la región, dado que atendía a una población grande (casi 200.000 habitantes) y con numerosas urbanizaciones. Sin embargo, durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, decidió desdoblar el cuartel. Parte de su plantilla se trasladó a uno de nueva creación en Majadahonda. Corría junio de 2009.

Dos municipios con una baja tasa de criminalidad

Las Rozas y Majadahonda son dos municipios con una tasa baja de criminalidad. Según la estadística del Ministerio del Interior, los delitos y las faltas bajaron un 2,9% en el primero en 2015, al pasar de 4.594 en 2014 a 4.462 en el último ejercicio. En el municipio majariego, el descenso fue mayor, con un 4,6% (de 3.844 a 3.669 denuncias).

“Los datos son buenos, pero también es cierto que los detenidos, aunque los haga la Policía Municipal, se los suele atribuir la Guardia Civil”, denuncia el secretario regional de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), Francisco Cecilia. Este también crítica que parte de las atribuciones del instituto armado lo están haciendo las policías locales, como la violencia de género. “Se ha dejado de ser una policía de proximidad y de estar en la calle. Tenemos que estar en contacto permanente con estas policías para sacar todo el trabajo”, concluye Cecilia.

Ahí es donde comenzó el problema de falta de personal, según denuncia la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC). Su secretario regional, Francisco Cecilia, mantiene que se han duplicado muchos de los servicios que hasta ahora se prestaban en un solo edificio. Entre ellos, la vigilancia de ahora dos cuarteles, la secretaría de los mandos (denominados la plana mayor) y la oficina de denuncias, conocida como atención al ciudadano. “Se está detrayendo a muchos agentes de las calles para hacer labores burocráticas que poco o nada tienen que ver con las labores de vigilancia y prevención que tenemos encargados. Los vecinos están pagando caro esa decisión política”, se queja.

Las Rozas, con una población de 93.500 habitantes, y Majadahonda, con 70.800, tienen una plantilla similar de guardias civiles. Ambos cuarteles superan por poco el centenar de agentes. “Con todos los servicios duplicados, el número de agentes efectivos es bastante bajo, sobre todo, cuando el catálogo de puestos de trabajo ha crecido, pero no lo suficiente como para cubrir las patrullas”, añade el secretario regional de AUGC.

Sin condiciones adecuadas

Ambos municipios están separados únicamente por una calle, por lo que aun existen menos razones operativas para separar los cuarteles, según los sindicalistas. Las instalaciones de Majadahonda están cedidas. Son los bajos de unos juzgados y, según se quejan algunos agentes, no reúnen las condiciones necesarias para acoger todos los servicios y atender al ciudadano. De hecho, no tienen ni calabozos, por lo que los detenidos tienen que ser trasladados a Las Rozas.

¿Cómo se traduce esta falta de personal en ambas instalaciones oficiales? Durante muchos días hay sólo uno o dos coches patrulla por cada municipio para atender todas las llamadas de los ciudadanos. Las consecuencias se hacen visibles durante las noches y los fines de semana, cuando aumentan las incidencias. A veces se tarda mucho tiempo en acudir porque se está atendiendo otra urgencia. Por eso, la mayor parte de los hechos se pasan a las policías municipales correspondientes. “Si solo hay un coche patrulla, o dos en el mejor de los casos, en cuanto haya cualquier incidencia grave, no hay personal en la calle”, reconoce un agente de Majadahonda. “Aparte, si tenemos un hecho grave, como una pelea de varias personas en un bar, una sola pareja no puede intervenir. Si tiene que esperar a que vengan los compañeros de otros municipios, puede que lleguemos tarde. Muchas veces nos apoyamos en los compañeros de la policía municipal”, añade el agente.

El problema también se puede complicar si hay un detenido o hace falta un traslado a un centro hospitalario para que sea reconocido un preso. Igual ocurre si hay que llevarlo a que el equipo de Policía Judicial reseñe (tome las huellas dactilares) a un arrestado. O se tenga que esperar al abogado para que lo asista durante el interrogatorio. La patrulla que esté de guardia queda fuera de servicio, con los consiguientes problemas para los ciudadanos.

Pero las dificultades no se quedan ahí. Las Rozas también lleva la seguridad de Villanueva del Pardillo (17.000 habitantes). Si en este municipio hay incidencias, también se detraen agentes de Las Rozas. “Estamos ante una auténtica incongruencia en el que hay bastante personal y muy pocas patrullas”, critica Cecilia.

La situación se agrava en épocas vacacionales, como las Navidades o el verano. En algunas ocasiones, no ha llegado a salir ningún coche patrulla en algunos turnos. Y eso que ambas poblaciones se caracterizan por tener un territorio muy amplio, con la población radicada en viviendas unifamiliares. Esto complica, aún más, la vigilancia.

Fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil reconocen que existe un problema de plantilla y que a veces se produce la falta de personal. Añaden que en los últimos años se han perdido bastantes plazas y que se espera que en las próximas promociones puedan completarse esos cuarteles.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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