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Los vecinos de Sant Adrià y Badalona idean el barrio de las Tres Chimeneas

Arranca el proceso participativo para transformar el área donde se ubica la antigua central

Clara Blanchar
Antigua central térmica del Besós.
Antigua central térmica del Besós.Carles Ribas

Pasado el maratón de elecciones (municipales en mayo de 2015, autonómicas en otoño y generales en diciembre), los ayuntamientos de Sant Adrià del Besòs y Badalona han retomado esta semana el proceso participativo que debe concluir con el diseño de las 30 hectáreas donde se ubican las Tres Chimeneas. Las propuestas del proceso participativo serán enviadas al equipo que redactará el avance de planeamiento de lo que será un privilegiado barrio metropolitano, en primera línea de mar.

La casualidad ha querido además que las jornadas del Consejo Ciudadano del Frente Litoral arranquen la misma semana que la Diputación de Barcelona ha entregado el informe que avala la declaración de Bien Cultural de Interés Local (BCIL) de las chimeneas de la antigua térmica. El consejo lo integran un centenar de personas representativas de la vida asociativa, económica y social de las dos ciudades.

La comunicación del sector es limitada: está entre las vías
del tren y el mar

No tienen una tarea fácil. "Si cargamos mucho la carta a los Reyes, no será posible", resume el concejal de de Badalona Habitable, Oriol Lladó. El de las Tres Chimeneas es un espacio icónico y no exento de magnetismo pero con una paradoja de salida: el suelo, calificado de industrial, es propiedad de Endesa y el Banco Santander; pero el planeamiento es potestad de los dos ayuntamientos. Dos consistorios que llevan tiempo trabajando juntos, pero que con el ingreso de Badalona al Consorcio del Besòs formalizan la alianza. "Hemos conseguido trabajar juntos desde la administración, habrá que llegar a un acuerdo con los propietarios", dice el alcalde de Sant Adrià, Joan Callau.

Quieren además, la complicidad de la Generalitat y que la modificación del PGM se tramite con un Plan Director Urbanístico (PDU) del gobierno catalán. "La escala del sector sobrepasa alos municipios, tiene un potencial metropolitano e incluso nacional", dice Lladó.

Los dos ayuntamientos tienen claro que el futuro del sector debe pasar por una estrategia mixta de vivienda, equipamientos, zona verde (comenzando por la playa) y actividad económica. También quieren evitar un barrio-seta-aislada, como ha ocurrido con la reforma de La Catalana. Y las comunicaciones son limitadas: el sector está entre las vías del tren y el mar.

Los ayuntamientos querrían que albergara un gran centro cultural

Con estos mimbres, las chimeneas son un arma de doble filo: son un gran atractivo pero es muy complejo que no sean una carga para hacer viable cualquier proyecto. Hay otras dos cargas. Una, el colector que lleva aguas a la depuradora, una infraestructura básica de saneamiento que cruza el sector y con el que algo habrá que hacer. Desviarlo tiene un coste enorme. Dos, la subestación eléctrica todavía en marcha en el sector.

Antes de las municipales del pasado mes de mayo las sesiones informativas del equipo de pre planeamiento dejaron varias cuestiones sobre la mesa. Que los terrenos tienen un coste de 125 millones de euros. Que, por pedir, a los ayuntamientos les gustaría que la antigua central eléctrica albergara un equipamiento cultural "de primera división". Por la sala de turbinas, la referencia a menudo es la Tate Modern de Londres. Que sacar la subestación costaría otros 30 millones. Que salvar las chimeneas es muy caro, porque cualquier cosa que se haga tiene que se enorme. Pero que derribarlas tampoco sería barato. Que se trata de un proyecto de transformación, no de inversión: los promotores pagarían las obras pero los costes de mantenimiento serán también muy grandes.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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