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Tierra de traidores

Destacados independentistas critican duramente a la CUP en las redes sociales

Cristian Segura
Rueda de prensa posterior al Consejo politico de la CUP.
Rueda de prensa posterior al Consejo politico de la CUP.Massimiliano Minocri

El primer traidor del proceso soberanista fue Pere Navarro. El exsecretario general del PSC fue vilipendiado por el independentismo porque se negó a aceptar la unilateralidad del invento. Navarro defendía un referendo negociado con el gobierno español. Navarro fue más lejos que Miquel Iceta o Carme Chacón –que de consulta no quieren saber nada– pero eso no le salvó de ser el mayor 'botifler' de 2013. Desde entonces el 'procés' ha tenido traidores a mansalva. Los últimos, y los peores, aparecieron ayer en la CUP.

Tras Navarro pasó a ser Joan Herrera (ICV) el principal enemigo de la patria al apuntar que la consulta del 9-N era una maniobra para proyectar a Artur Mas. ERC estuvo bajo el escrutinio de la pureza nacional durante los meses posteriores al 9-N porque se resistía a formar coalición electoral con CDC. Cuando Oriol Junqueras pasó por el aro de “la Lista Única”, Duran i Lleida volvió a ser el malo más malo, el 'dimoni' de los Pastorets, que rompía Unió y torpedeaba las bazas electorales de CiU. Con Duran y Unió desaparecidos del mapa parlamentario, a los puristas les quedaban menos candidatos a villano. Ada Colau ha sido una seria aspirante desde que asumió la alcaldía de Barcelona, por insistir en acordar el referéndum con Madrid y por oponerse a que la capital catalana forme parte de la Asociación de Municipios por la Independencia. El No de la CUP a Mas ha zanjado el proceso de selección y ha colocado a nombres como Anna Gabriel o Josep Manuel Busqueta en el lado oscuro de la fuerza.

La diputada de Democràcia i Llibertat en el Congreso Míriam Nogueras escribió que mientras “Cataluña llora, España aplaude a la CUP”. La presidenta del parlamento, Carme Forcadell, se saltó la neutralidad del cargo: “Siempre he pensado que al final la CUP ayudaría a hacer realidad el mandato democrático del 27-S. No ha sido así, me equivoqué, y mucho”. En la CUP también volaron los puñales, como este tuit del concejal en Arenys de Mar David Caldeira: “La CUP ha enterrado el proceso y se alinea con el españolismo”. Josep Huguet, presidente de la Fundación Josep Irla, de ERC, pidió “memoria de elefante para recordar a los mezquinos”. La más contundente fue Pilar Rahola, que dio por hecho que la CUP es un instrumento de los servicios secretos españoles: “Los agradecimientos por el no de la CUP hay que mandarlos al CNI. No os equivoquéis de dirección”.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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