La aldea gala se vuelve morada
IU pierde su hegemonía en Rivas Vacimadrid, donde Podemos fue el partido más votado en las elecciones generales del pasado 20 de diciembre
En Rivas uno puede encontrarse de frente con el poeta Federico García Lorca, el guerrillero Che Guevara o el escritor José Saramago. Este municipio de 80.483 habitantes, al sureste de Madrid, está salpicado de iconos de la izquierda que dan nombre a distintos centros y calles. El callejero no deja lugar a dudas. Rivas es territorio zurdo. Desde 1987, los vecinos no han conocido un gobierno local que no fuera de este signo político. Por algo es considerada la aldea gala de Madrid. Pero la pócima del éxito parece haberse evaporado para IU, que a pesar de seguir en la alcaldía ha visto reducido su apoyo tras 24 años de hegemonía.
Un municipio de 80.000 habitantes
Rivas: 80.483 habitantes. En los años 80, apenas superaba los 500 vecinos. Su crecimiento vino derivado de la construcción de dos cooperativas de viviendas: la de Pablo Iglesias y Covibar.
Edad: 34 años de media, según datos de 2015. La más baja de la Comunidad.
IU gobierna desde 1991. En 2015, se hizo con la alcaldía sumando sus votos a los de Equo y Somos Rivas. El regidor que más tiempo estuvo en el poder fue José Masa, 11 años en el cargo (desde 2003 a 2014).
El PSOE gobernó Rivas de 1987 a 1991 y antes lo hizo un grupo independiente.
En las pasadas elecciones, Podemos fue el partido más votado con 14.717 votos mientras que Unidad Popular en Común, la marca con la que concurría IU, logró 4.070 y acabó en quinto lugar. En los comicios municipales de mayo, la pérdida de apoyo fue más palpable: la suma de la coalición liderada por Alberto Garzón, los ecologistas de Equo y la plataforma vecinal Somos Rivas obtuvo 9.988 votos y siete concejales. Tan solo uno más que Rivas Puede, una facción ligada a Podemos aunque no reconocida por estos, que sacó seis ediles y se quedó a 475 votos de IU con 9.513 papeletas. Todo hacía indicar que el partido de Garzón perdería la alcaldía en favor de Rivas Puede. Pero la abstención de Ciudadanos permitió a Pedro del Cura, su candidato, seguir con el bastón de mando del Ayuntamiento de mayor tamaño que la formación gobierna en España, aunque en minoría. En 2011, IU había tenido mayoría absoluta en Rivas con 13 concejales y el apoyo de 15.308 vecinos. Es decir, en cuatro años pasó del 45,34% de los votos, al 24,47%.
Pedro López fue uno de los que les secundó entonces, pero en las últimas elecciones reconoce que votó a Podemos. “Estaba harto de las luchas intestinas de IU aquí y luego todo el lío que hubo con Tania Sánchez. Me dije, ¿para qué me voy a quebrar la cabeza pensando si se merecen mi voto si Podemos es también de izquierdas y no hay apenas diferencia?”, explica este jubilado de 66 años. Esas luchas de las que habla estallaron a finales de 2013.
La Cámara de Cuentas de Madrid detectó un desajuste de 20,9 millones de euros en las cuentas de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) de Rivas-Vaciamadrid durante los ejercicios de 2010 y 2011. Aquel informe desató una pugna por el poder entre el alcalde José Masa y el que era en ese momento el coordinador municipal de la formación, Pedro del Cura. La disputa se saldó con la dimisión de Masa y la elección de Del Cura como su sustituto.
La comisión de investigación que abrió el Consistorio, con mayoría de la oposición y presidida por el PP, solventó que la gestión de la EMV fue correcta. Pero el daño ya estaba hecho. Y la fractura, además, iba a verse agravada con el estallido del denominado caso Aúpa.
El Ayuntamiento de Rivas había adjudicado contratos entre 2002 y 2008 por valor de 1,4 millones de euros a la cooperativa Aúpa de Héctor Sánchez, hermano de la excandidata de IU y exconcejal de Rivas Tania Sánchez e hijo de Raúl Sánchez, también exedil de esta formación. La mayoría de esos contratos fueron ratificados por su padre, el concejal Sánchez, y uno de ellos —en 2008 por 137.000 euros— por la propia Tania Sánchez, edil de Rivas entre 2007 y 2011. Del Cura, entonces concejal de Juventud, fue el único que reconoció ante una comisión de investigación que conocía esos vínculos familiares. Mientras que Tania Sánchez y su padre aseguraron que desconocían el papel de Héctor en la cooperativa.
El caso terminó siendo archivado. “Pero la acusación le cayó como un palo a Raúl. Venía cada día a por el periódico con una cara. Yo sabía que era inocente. Y así se lo dije. Pero, claro, aquello hizo mella en el electorado”, recuerda Angelines Isidro, una quiosquera de 60 años. Otro vecino apunta: “Bueno, eso influyó pero IU se jodió en Rivas cuando consiguió la mayoría y despilfarraron el dinero en tonterías, como todos”.
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