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Homenaje a la mendiga asesinada en un cajero automático hace diez años

Una veintena de jóvenes colocan velas en el lugar donde fue quemada Rosario Endrinal

Alfonso L. Congostrina
Un vecino observa las velas en el lugar donde mataron a Rosario Endrinal
Un vecino observa las velas en el lugar donde mataron a Rosario EndrinalMassimiliano Minocri

María Rosario Endrinal, Charo, dormía, la madrugada del 16 de diciembre de 2005 en un cajero situado en la confluencia de las calles Guillem Tell y Zaragoza, en el barrio barcelonés de Sant Gervasi, cuando tres jóvenes la mataron quemándola viva. No la conocían, la agredieron por “diversión”. Ayer se cumplió una década de un crimen que se grabó en la retina de toda España. Una veintena de jóvenes rindieron homenaje a Endrinal en el mismo cajero donde la mataron. Allí, con decenas de velas encendidas exigieron poner fin a la aporofobia o lo que es lo mismo, el odio a las personas con recursos económicos limitados.

Charo tenía 50 años y llevaba varios meses viviendo en la calle. La mujer estaba durmiendo a las 1.40 horas de aquella fatídica madrugada cuando dos jóvenes de 18 años la despertaron lanzándole una naranja, una botella de plástico con restos de líquido y dos conos. Endrinal se cerró por dentro del cajero por lo que los agresores enviaron a un amigo, menor de edad, que golpeó a la puerta simulando necesitar utilizar el cajero. La mendiga abrió la puerta y los agresores entraron en el cajero. Los dos jóvenes previamente habían conseguido un bidón con cinco litros de disolvente en una obra cercana. Rociaron a Charon y uno de ellos lanzó una colilla encendida al cuerpo de Endrinal. La deflagración abrasó a la mujer. Los tres jóvenes huyeron del lugar sin prestar ninguna ayuda.

Endrinal falleció el 17 de diciembre de 2005 en el Hospital del Vall d’Hebron. No soportó las heridas que le provocaron las llamas. La Audiencia de Barcelona condenó a 17 años de prisión a los dos jóvenes de 18 años por un delito de asesinato. El menor de edad fue condenado a ocho años de internamiento.

Charo había trabajado muchos años en una empresa como secretaria de dirección pero, en 1995 perdió su empleo, a su marido y su posición social.

Varios colectivos de Sant Gervasi homenajearon ayer a Endrinal en un breve acto que tuvo lugar en las puertas del cajero. Los convocantes, la mayoría de ellos de poco más de 20 años, exigieron a las Administraciones medidas para poner fin a la mendicidad. Además, con una pancarta que rezaba  “En memoria de Rosario, víctima de aporofobia” pidieron a la Generalitat una ley que luche contra la discriminación hacia las personas sin hogar.

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