Las aulas de Primaria tendrán cinco alumnos menos y seis las de Secundaria
Habrá un máximo de 20 niños en las escuelas públicas y 30 en los institutos
Los grupos de la oposición en la Asamblea (PSOE, Podemos y Ciudadanos) aprobaron ayer una enmienda a las cuentas de 2016 que insta a reducir los ratios de alumnos por clase en Infantil (de 25 en 1º y 28 en 2º a 20), Primaria (de 30 a 25) y en Secundaria (de 36 a 30). En 2012 el ministro José Ignacio Wert obligó a las autonomías a elevar el alumnado por aula hasta un 20%. Ello supuso que se cerrasen grupos y que la plantilla de maestros y profesores bajase en 4.500 en Madrid.
La reducción de alumnos supone que, a partir del curso 2016-2017, habrá un 20% menos de alumnos por clase en Primaria (de 6 a 11 años) y un 16,6% menos en Secundaria (de 12 a 15 años). La Ley Orgánica de Educación —a la que ha sucedido la LOMCE— marcaba un máximo de 25 estudiantes en Primaria y 30 en Secundaria. Es decir, con el recorte forzado por la oposición, se vuelve a las cifras anteriores.
Cuando en abril de 2012, en pleno recorte económico para cumplir el decreto de racionalización del gasto público, Wert anunció la subida de ratios en un 20%, ya insistió en que era una medida “temporal”. Y el pasado agosto su sucesor, Íñigo Méndez de Vigo, dio vía libre para disminuir el alumnado por aula.
Al comienzo de este curso el consejero madrileño Rafael Van Grieken anunció que se disminuiría la ratio en 2016 —los cupos de los centros se cierran en julio—, pero que no tendría “un impacto significativo” porque Madrid está ya por debajo de la media, con 29 alumnos por clase de Secundaria. Pero lo cierto es que muchos centros denuncian aún hacinamiento.
La Comunidad tiene dinero para contratar a más profesionales si realmente ejecuta el presupuesto. En 2014, con una partida parecida para salarios de la Consejería de Educación, dejó sin gastar 130 millones con los que hubiese podido contratar a 3.800 profesores. A la concertada se fueron 57 millones extras. El diputado socialista Juan José Moreno afirma acerca de las contrataciones: “No se puede decir un número de docentes a tanto alzado. Habrá que estudiar las necesidades de cada centro que son distintas”.
En un lustro la región perdió 4.500 docentes: se cerraron grupos al subir la ratio, no se permitió el desdoble en asignaturas o se clausuraron aulas para inmigrantes. La situación ha mejorado algo. Hay 525 enseñantes más —también 11.000 alumnos más— y desde el 1 de enero de 2016 trabajarán otros 125 para cubrir bajas, como ordena el Ministerio de Hacienda.
Muchos centros que contaban con aulas muy grandes las redujeron cuando bajaron los ratios y la tasa de natalidad. Por eso ahora a duras penas caben las mesas y moverse en un aula es casi imposible. Los expertos se han cansado de repetir que la calidad de la enseñanza se resiente sin atención individualizada.
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