La señora Pla muestra, al fin, sus muebles
El día 21 abrirá sus puertas Mas-Ravetllat con una selección de las 850 piezas de la coleccionista, tras varios años de pugna con el ayuntamiento
El 21 de noviembre, abrirá, al fin, sus puertas al público la excepcional colección de 850 muebles, la mayoría piezas únicas creadas entre los siglos XVI y XVIII, que la empresaria y experta coleccionista Núria Pla Monseny (Barcelona, 1917-2011) reunió durante seis décadas en su casa de Mas Ravetllat-Pla, situada en una finca de cuatro hectáreas del distrito de Horta Guinardó, justo encima del recinto modernista del Hospital de Sant Pau. Todo está preparado desde hace 20 meses cuando se habilitaron tres salas, de unos 300 metros cuadrados, de este enorme edificio construido por Adolf Florensa en 1930 en el que nació y murió Pla y en el que se muestra una selección de los muebles; unas 80 piezas, entre arcas, alacenas, armarios, sillas, camas, espejos, tallas románicas y góticas, orfebrería y candelabros y, sobre todo, bargueños, un conjunto considerado el más importante del mundo.
La falta de acuerdo con el ayuntamiento de Barcelona por la titularidad de la casa y del jardín, una isla verde en la ciudad, han impedido que pudiera abrirse hasta ahora el edificio al público. La firma del convenio el pasado 6 de octubre entre el Ayuntamiento y los herederos de Nuria Pla, la Fundación Ramón Pla i Armengol y la presentación en sociedad del nuevo espacio el pasado 22 de octubre —un acto en el que participaron dos asociaciones de vecinos del barrio, la regidora y el gerente del distrito Mercedes Vidal y Eduard Vicente, la directora del Museo de Artes Decorativas Pilar Vélez y Àngels Solé, directora del centro de restauración de la Generalitat, entre otros—, ponían fin a años de incertidumbres y desavenencias entre las dos partes y posibilitan ahora la apertura de la casa y el jardín.
Inventario de una colección única
Por cantidad, calidad y extensión, la colección pasa por ser una de las más completas de España de muebles español de los siglos XVI al XVIII:
157 sillas, 109 mesas, 100 piezas de orfebrería y metal, 92 arquimesas o bargueños, 77 esculturas románicas y góticas, 64 armarios, 56 espejos y marcos, 42 arquetas y arcas, 37 mobiliario doméstico, 36 cajoneras y tocadores y 12 camas.
Las visitas de 45 minutos se realizarán (con cita previa) en grupos de 10 personas los martes y jueves de 16 a 20 horas y serán conducidas por guías que explicarán las maravillas de estos objetos creados para ser usados en la vida cotidiana y que han acabado siendo objetos de arte. “Al principio, queremos que sean unas 500 personas al mes, luego iremos ampliando los horarios”, asegura Juan Ramón Ferrero, presidente de la fundación, que cuenta con el asesoramiento de los expertos Mónica Piera y Miguel Ángel Alarcia que han seleccionado las piezas, creado la museografía y formado a los guías que explicarán los pormenores de las piezas, entre ellas el maravilloso y rarísimo bargueño realizado en 1609 en ébano y marfil en un taller napolitano, con dibujos en mapamundi y planos de ocho ciudades, considerado una auténtica joya. “No son los más importantes, sino una muestra de los gustos que tenía la señora Pla”, señala el abogado.
Ferrero explica que el convenio con el Ayuntamiento cede el uso por 50 años del edificio y su entorno para que la fundación muestre los muebles y realice actividades con el compromiso de que la colección se mantenga integra, preferentemente en el edificio. “Se está trabajando en la adecuación de una cuarta sala, situada justo en el mismo nivel de las que se inauguran ahora, donde se mostrarán piezas grandes como alacenas y armarios”, explica. Sin embargo, Ferrero, que ha luchado porque la última voluntad de Núria Pla se cumplan, asegura, que tras el esfuerzo realizado en los últimos años donde se han invertido más de un millón de euros en reformar la casa y dotarla de seguridad, “todo dependerá del interés que tenga el Ayuntamiento”.
Parque público
La enorme finca por donde corrían los caballos, que proporcionaban el suero para realizar un fármaco contra la tuberculosis que se vendía en 20 países, será un gran parque público que llevará el nombre de Ramón Pla i Armengol. Desde el Ayuntamiento explican que “las cuatro hectáreas han de dar respuesta a las necesidades de verde de los vecinos del barrio del Guinardó y también ha de ser un espacio importante para la biodiversidad de la ciudad”. Ya han catalogado los árboles centenarios, se está estudiando instalar un parque infantil y huertos urbanos y se abrirán cuatro accesos para hacer el espacio más permeable: desde la calle Cartagena, Virgen de Montserrat y dos por Torrent de Melis, además de la entrada principal por Mare de Déu de Montserrat.
Entrar a ver los muebles será gratis. Tampoco nadie tendrá que pasar el examen que la señora Pla realizaba a los que querían ver sus preciados muebles, por los que sentía veneración.
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