Dalí, visionario de moda
La galería Mayoral de Barcelona expone 31 obras del pintor surrealista, entre ellas seis diseños de prendas de vestir que creó en 1965
Salvador Dalí es conocido por sus impactantes y oníricas obras surrealistas formadas por relojes blandos o venus de Milo con cajones que han acabado convertidas en un estilo personalísimo de pintar. Pionero en muchos campos del arte supo innovar como pocos en campos tan dispares como el de la publicidad, las instalaciones artísticas y perfomances que creaba cuando nadie las hacía y que no siempre fueron entendidas. También fue diseñador de moda, tal y como queda patente en los seis diseños realizados por el pintor para la temporada de otoño de 1965 en los que inventa innovadores modelos para baño, para hacer deporte, en concreto para jugar al tenis, para estar cómodamente en casa o para asistir a fiestas, dejando patente la capacidad visionaria de un artista que había empezado a colaborar con la moda en los años treinta y que supo anticipar las tendencias actuales. Como en Comming Back, un conjunto de sombrero, blusa abierta por la espalda y pantalón playero, donde la prenda inferior deja ver el inicio del trasero; una moda que hace apenas unos años hizo furor, sobre todo en los más jóvenes. Estos diseños de moda (y otra veintena de obras del artista ampurdanés creados desde 1921, con apenas 17 años, hasta 1977, cuando había superado los 70), pueden verse en la exposición Salvador Dalí. Maestro en metamorfosis, organizado por la galería barcelonesa Mayoral (Consell de Cent, 286) hasta febrero próximo.
“Los modelos son en realidad prototipos que le encargó el fabricante norteamericano Jack A. Winter, que si bien se exhibieron en París ese mismo año, tal y como quedó reflejado en un vídeo que circula en internet, no se llegaron a fabricar industrialmente”, explica el comisario de la muestra Ricard Mas, uno de los mejores especialistas en este pintor.
“Las obras, realizadas en acuarelas, collages, sanguinas, carboncillo y tinta china, refuerzan el concepto Dalí como personaje y creador total” explica, mientras resalta las anotaciones hechas de puño y letra del pintor en cada una de las obras, como en el vestido de noche titulado Yellow austronaut-clerical, en el que se lee: “Los vestidos más bellos con los litúrgicos, de todas las religiones. Mezcla la liturgia con la astronáutica y he ahí la Fortuna”. Mientras que en Extra Flat, junto al minúsculo biquini que luce la modelo se puede leer: “Prohibido a aquellas que tengan pecho” y “Tres pelos púbicos de rigor”, llamando la atención sobre los tres cabellos que sobresalen de la braguita imposible. “El mercado no estaba preparado ni psicológicamente ni técnicamente, porque algunos de los modelos tenían que realizarse en cuero plastificado o en nylon transparente, como la camisa que creó en Dalinienne Empire con quince coronas”, prosigue Mas, que cree que Dalí diseñó más modelos, aparte de estos seis que han salido ahora a la luz.
El total de las obras, óleos, acuarelas, collages, dibujos y esculturas que pueden adquirirse entre 20.000 y 100.000 euros, provienen de los fondos de la galería y de coleccionistas privados que las han puesto a la venta y recorren casi todas las etapas del artista, con obras de la primera época como L’Horta des Llaner, de 1921, y La mà trancada, de 1927, que pintó con apenas veinte años, hasta Dream Passage, pintada en 1976.
La exposición de Mayoral, organizada en colaboración con la familia de Descharnes (del cual pueden verse algunas de las cientos de fotografías que realizó al pintor y a Gala), The Dalí Museum de Florida y la Fundación Gala Dalí de Figueras, significa el regreso de Dalí a Barcelona después de varios años sin exponer en esta ciudad (en la misma galería se pudo ver en 2003 Dalí, las inquietudes de un genio) donde la obra del pintor brilla por su ausencia: cuatro obras en el MNAC y una pintura mural en el Palacete Albéniz que solo puede verse una vez al año. Por eso, Mas lanza la idea de que la fundación del pintor en Figueras podría tener un espacio, “una sala con unas cuantas obras que se pudieran exponer en el MNAC tras firmar una especie de convenio entre los dos centros. Sería como un aperitivo de lo que se podría ver en Figueras y daría presencia de Dalí en esta ciudad”, concluye.
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