Nueve sobrinos y un cine

1. Mr Willbe. Es una escuela de actividades extraescolares para niños de entre 7 y 13 años, que puse en marcha queriendo unir tecnología y creatividad. Creo que hacemos muchas cosas originales, es un sitio muy especial. Mi intención cuando lo monté era que los niños vieran todas las posibilidades que tienen a su alcance para hacer cosas usando la imaginación. Yo sigo siendo actriz, pero aquí hago la parte de dirección creativa. Además, abarcamos una franja de edad que no tiene una oferta propia de actividades para ellos. Yo creo que el sitio es extraordinario. (Calle Gral. Lacy, 58). 

2. Jardines del Campo del Moro. Quiero especificar que no son los Jardines del Moro, esos que están al lado del Palacio de Oriente. Estos están abajo y se entra a ellos por Virgen del Puerto. Son muy desconocidos, pero siempre están llenos de extranjeros porque sí que vienen en las guías turísticas. Es difícil encontrarlos porque su entrada es pequeña, pero creo que es uno de los parques más cuidados de Madrid, y es un rincón maravilloso. (Paseo de la Virgen del Puerto, s/n).

3. Museo Sorolla. Me encanta Sorolla porque hace un manejo de la luz impresionante y creo que su casa se ha conservado de una manera estupenda. Para alguien que le guste el pintor es una oportunidad inmejorable para acercarse a él. (Paseo del General Martínez Campos, 37).

4. Cine de verano de La Bombilla. Transmite esa sensación de verbena, como el sabor del verano en la infancia. Y ver una película al aire libre es una experiencia que para mí es muy bonita. A ese cine voy mucho con mis sobrinos, porque a ellos les encanta ir. Así que los cojo a los nueve y nos vamos allí de excursión. (Plaza San Antonio La Florida, 1).

5. Librerías de Madrid. He leído mucho en la vida, creo que tengo más cultura literaria que cinematográfica. Pero las librerías cada vez están reduciendo más su oferta y estas son las únicas que todavía te permiten encontrar cosas más especiales o más minoritarias. Voy mucho a la Casa del Libro (Gran Vía, 29), me puedo pasar horas allí.

6. Restaurante Txatei. Es un sitio que he encontrado hace poco. Me apasiona la comida japonesa, y este restaurante es un japonés para japoneses. Es sobrio, no es un sitio lujoso, pero es delicioso. Lo encontré buscando precisamente eso, japonés para japoneses. Tiene una materia prima fabulosa, que para este tipo de comida es imprescindible, y me fue muy reconocible el sabor de la comida que degusté los seis meses que viví en Japón. No es barato, pero tampoco carísimo, está apartado de todo, y es muy rico. (Calle Ramón de la Cruz, 49).

7. Biblioteca Iván de Vargas. Allí he pasado muchas horas porque viví mucho tiempo en Latina. Me encantan las bibliotecas públicas, y creo que en Madrid hay muchas y muy buenas. Esta es relativamente nueva, está en una calle escondida y poco transitada. Además, cuando me fui de esa casa les doné una colección de filosofía muy especial, y me da mucha alegría que estén mis libros ahí porque es un lugar que adoro. (Calle de San Justo, 5).

8. Peluquería de Javier Cofiño. Es mi centro de estética de siempre. Mi pelo es Cofiño. Él hace sobre todo peluquería, pero a mí también me maquilla. Y Javier, aparte de que peina a muchos personajes conocidos, para mí, que llevo toda la vida con él, es un amigo. (Calle del Doctor Fléming, 55).

9. Bar de copas Matute. Allí me encuentro a muchos amigos del mundo de la interpretación. Es un sitio para tomar una copa después del trabajo o para cenar cocina exótica. Pero sobre todo es muy agradable para estar y para hablar. (Plaza de Matute, 12).

10. Pangea. Es un lugar impresionante, la mayor tienda de viajes del mundo. He viajado mucho desde pequeña tanto por mi trabajo de modelo como por el de actriz, pero no es sólo una cuestión profesional. Tengo un espíritu bastante libre y los viajes me definen mucho como persona. Una de las experiencias que más me ha marcado fueron los seis meses que estuve viviendo en Japón. Y mi vínculo con esta tienda viene también por ahí, porque uno de sus impulsores, Fernando Moreno, fue la persona que me facilitó la experiencia en el país nipón. (Príncipe de Vergara, 26)