El tiempo pasa en el Cinturón
Iceta posee un gran registro lingüístico que conjuga lo mejor de ambos mundos lingüísticos del Cinturón
Miting del PSC en L’Hospi, más concretamente en una salita en la Farga, demasiado pequeña para una boda chachi, demasiado grande para un bar-mitzvah, demasiado cruel, snif, para un mitin del PSC. Por un error en el teletransportador, llego tras el parlamento de la alcaldesa del lugar Núria Marín —¿el municipio socialista más grande del Estado?—, de manera que me encuentro de morros con la retórica de Patxi López. Crítica musical: no es la alegría de la huerta, habla pocho y apagado. Si los maketos son así, un charnego medio les puede levantar la novia en 2,45 minutos, me digo a mí mismo, mientras me planifico el próximo verano. López, independientólogo, está argumentando sobre la cosa indepe. Organiza el argumentario en a) cosas bonitas que se podrían ilustrar en Power Point con gatitos, y en, b), la frase “hay cosas que no se pueden votar en los parlamentos”, que tantos gatitos ha matado en la historia. Habla de una reforma constitucional. Para facilitar la labor de la prensa, y no tener que llamarnos al día siguiente para desmentir lo declarado, no utiliza los palabros “nación”, “plurinacionalidad” y, en lo que ya supone un master de escolástia en la Universidad de Navarra, tampoco “federalismo”. El aire vintage resultante de sus palabras se hace más patente hacia el final, cuando habla de “Cinturón Rojo” y de “fábricas”, cosas que, junto a chicas con hombreras fumando mentolado, no vemos desde los 80’s.
López deja a Iceta un espectáculo difícil de levantar. Sí, podría salir bailando, pero con esta bajuna ambiental, la cosa nos remitiría a Amy Winehouse, last-days. Sorprendentemente, se lanza con un homenaje a Txiki Benegas, socialista de varias épocas, una muy inquietante, en los 80’s —los PS hispanos necesitan un estilista, pero ya—. Luego cambia de registro. Iceta, por cierto, posee un gran registro lingüístico que conjuga lo mejor de ambos mundos lingüísticos del Cinturón. Puede decir “fer passar bou per bèstia grossa” y, en el próximo giro, deslizarse con un “no te menees, Canuto”. Es un Charnego Power absoluto. Cita, por fin, el palabro federalismo, pero debe de ser la primera cita, pues no lo toca. Habla de una “renovación del pacto constitucional”, que queda un poco como una renovación de votos matrimoniales en The Love Boat, entre viejecitos. Por momentos parece que esté currándose más las generales que el 27-S. Alude a los socialistas con este hecho diferenciador: crean “gobiernos que se preocupan de los problemas de la gente”. Como, por otra parte, supongo, diría Ramsés II.
Al final queda cierta sensación a que el federalismo es algo, tan poco probable y con tan poco material detrás, como el independentismo en CDC.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.