Incertidumbres del 27-S
Los partidos tienen una capacidad limitada para arrebatar votos a sus adversarios durante la campaña electoral. Apenas un 10% de los votantes suelen cambiar el sentido de su voto
Nos adentramos en la primera semana de campaña electoral y, por el momento, las encuestas siguen augurando una victoria del bloque soberanista en escaños, pero no en votos. Sin embargo, aún existe margen para que haya sorpresas. A lo largo de estos días, los partidos pondrán todos sus esfuerzos en la consecución de tres grandes objetivos: afianzar a sus votantes, activar a su electorado latente e intentar arrebatar votos a sus contrincantes.
La principal función de las campañas electorales es reforzar las preferencias políticas de los votantes. Durante estas semanas los partidos deben consolidar la lealtad de los suyos y, con ello, evitar que cambien de opinión en el último momento. En estas elecciones, esta tarea es particularmente crucial para el bloque soberanista. Las encuestas muestran a un electorado independentista excepcionalmente motivado y convencido. La campaña de Junts pel Sí tiene como principal tarea mantener vivo este clima de alta movilización. El éxito de la multitudinaria Diada no podía ser un mejor inicio.
En segundo lugar, todos los partidos políticos dedicarán parte de sus recursos a evitar que su electorado más apático se quede en casa el día de las elecciones. En esta ocasión, quienes tienen que dedicar mayores esfuerzos en este frente son los partidos no soberanistas y, muy en particular, Cataluña Sí que es Pot (CSQEP). La campaña electoral se inicia con las bases de ICV-EUiA excepcionalmente desmotivadas e indecisas. La izquierda alternativa se enfrenta a dos problemas a la hora de movilizar a los suyos: presentarse bajo unas siglas nuevas y tener un candidato completamente desconocido para la mayoría de su potencial electorado. A CSQEP le urge ponerse las pilas.
Contrariamente a lo que se suele pensar, los partidos políticos tienen una capacidad muy limitada para arrebatar votos a sus adversarios durante la campaña electoral. Apenas un 10% de los votantes suelen cambiar el sentido de su voto a lo largo de estas semanas. En esta ocasión, la frontera más porosa es la que separa PP y Ciudadanos. Las encuestas muestran que sólo uno de cada tres votantes del PP en 2012 están decididos a apoyarles de nuevo. Por el momento la gran mayoría de sus fugas buscan cobijo en Ciudadanos, pero la competición sigue abierta. Una campaña bien ejecutada por Xavier García Albiol podría ayudar a recuperar al PP alguna parte de ese electorado perdido.
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