Rabell aspira a que la izquierda recupere la Generalitat el 27-S
El candidato de Sí que es Pot asegura que se presenta porque quiere ser President
Lluís Rabell, cabeza de lista de la candidatura unitaria de izquierdas Catalunya Sí que es Pot se presentó ayer en Barcelona con la aspiración de presidir la Generalitat y descartó que haya dado el salto a la política para “hacer propaganda de las clases populares ni de los movimientos sociales”. “Encabezo la lista porque yo sí que quiero ser presidente”, dijo el hasta ahora líder vecinal, en alusión a la candidatura independentista que lidera Raül Romeva. “No es un brindis al sol ni una chulería, sino una ambición razonable y razonada”, añadió. Para Rabell, su candidatura puede ser el pivote para que la izquierda recupere la Generalitat.
La designación de Rabell cierra unos días de incertidumbre en la candidatura Catalunya Sí que es Pot, presentada el pasado domingo sin tener un cabeza de lista y con la sensación de que se acababa el tiempo y la lista del sí independentista les estaba ganando protagonismo social y mediático, agravado por el rechazo del economista Arcadi Oliveras.
En esta candidatura de confluencia estarán representados candidatos de Podem, Iniciativa per Catalunya y Esquerra Unida i Alternativa. Queda por aclarar el futuro de Procés Constituent, que decidirá este sábado su postura. La mayoría de las bases parece que se inclinan por no sumarse, aunque Rabell explicó que habló con la monja Teresa Forcades, y que le ha explicó que “el camino lo haremos juntos”, al margen de la decisión que adopten.“Yo me postulo a presidente de la Generalitat y lo digo. Otros lideran listas y no se postulan, pero cada uno se explicará”, dijo el hasta ahora presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) en referencia a Raül Romeva, que lidera la lista independentista de Junts pel Sí.
En otro momento explicó que su candidatura quiere hablar de corrupción, privatizaciones y políticas de austeridad, pero tampoco rehúye el debate sobre la independencia. En este sentido reveló que el 9-N votó sí-sí, “porque me lo pedía el cuerpo, ante la actitud anticatalanista del Gobierno de Rajoy, que rayaba el racismo”.
“Nunca he sido independentista”, insistió Rabell, que tiró de argumentario conocido para recordar que en su candidatura cohabitan federalistas e independentistas, pero que lo que lo más importante es que el 80% de la población catalana está a favor de celebrar una consulta sobre el futuro político de Cataluña. No aclaró si acudirá a la manifestación de la Meridiana del próximo 11 de septiembre pero sí reclamó de la ANC y Òmnium Cultural que la celebración de la Diada “sea de todos” y no se convierta en un acto en apoyo de la lista independentista de Artur Mas y Oriol Junqueras.“Yo sí que quiero ser presidente de la Generalitat y por eso encabezo la lista, no me escondo”, dijo Rabell, que prometió “picar piedra en los barrios populares” porque la movilización es la única garantía de éxito. En ese sentido, recordó los precedentes de Ada Colau y Manuela Carmena, que han llegado a las alcaldías de Barcelona y de Madrid a través de candidaturas de confluencias de la izquierda.
Políticas de rescate social
Rabell nunca ha escondido sus convicciones y en la campaña de las elecciones municipales apoyó a la ahora alcaldesa de Barcelona. Ayer anunció su estrategia para el 27-S. “No venimos con la idea de denunciar la situación de las clases populares, ni de representar a los movimientos sociales, que se representan muy bien solos, sino de construir una fuerza política que pueda optar al Gobierno de Cataluña”, remachó. “Queremos gobernar para aplicar políticas de rescate social, reincorporar a la vida política a los sectores maltratados y regenerar las instituciones de tanta corrupción”, insistió.El cabeza de lista reivindicó el “sí se puede” como “un sentimiento muy arraigado” y explicó que aceptaba el reto de ponerse al frente por el “momento de excepcionalidad que vivimos”, Prometió que no serán “una candidatura al uso” y que la diferencia con otras candidaturas es que “tenemos amigos fiables fuera de Cataluña con otros movimientos del Estado”. Se refería a Podemos, que auspicia la candidatura y cuyo líder, Pablo Iglesias, se volcará en la campaña catalana.
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