Mas elige a un ex de ICV para dar un perfil social al independentismo
Raül Romeva liderará la lista independentista de las elecciones del 27-S
Artur Mas y Oriol Junqueras ya tienen los tres nombres que les precederán en la lista conjunta independentista para las elecciones del 27-S. La liderará el exeurodiputado de ICV Raül Romeva, que abandonó el partido en marzo —al no asumir la formación el plan secesionista— y con el que CDC y ERC buscan dotarse de un perfil social para competir con la confluencia de Podemos e ICV. A Romeva le seguirán las dos mujeres que han dirigido las entidades independentistas: Carme Forcadell, expresidenta de la ANC, y Muriel Casals, de Òmnium Cultural. “Asumimos colectivamente el compromiso”, tuitearon ayer los tres.
Som-hi! Guanyarem @raulromeva @ForcadellCarme i @murielcasals!
— Oriol Junqueras 🎗️ (@junqueras) July 15, 2015
Romeva, Forcadell y Casals, que ayer anunció que dejará la presidencia de Ômnium, aceptaron el reto ayer por la mañana en el Palau de la Generalitat, en un encuentro con Mas (CDC) y Junqueras (ERC). Es el tercer día que la sede del Gobierno vive las reuniones para decidir la candidatura independentista. La opción de Romeva —que tras aceptar se confesó satisfecho pero “nervioso”— salió la tarde del martes, y colmó las expectativas de ERC. Los republicanos, resignados por haber cedido ante Mas —siempre habían renegado de la lista única— se aliviaron al lograr al frente de la lista un nombre de su agrado. “¡Vamos, ganaremos!”, tuiteó Junqueras.
Convergència y ERC ven una virtud en el hecho de que Romeva sea un exdirigente de ICV, partido en el que fracasó defendiendo el independentismo. Su presencia en la lista, señalan, añade transversalidad a la candidatura y le da un barniz social que el independentismo busca con ahínco. Supone también un ataque directo a la confluencia de izquierdas que están organizando su antiguo partido (ICV) y Podemos para vencer a Mas el 27-S. Una lista que tanto CDC como ERC temen, tras la victoria que la candidatura de Ada Colau logró en Barcelona.
Cuando se marchó de ICV, Romeva prometió a su líder, Joan Herrera, que no se enrolaría en ninguna lista. Desde entonces, el eurodiputado se ha convertido en un activo del independentismo, hasta el punto de dirigir la campaña de la ANC para la Diada de septiembre y el 27-S.
Con Junqueras en Bruselas
Romeva tiene muy buena relación con Junqueras, con quien coincidió en el Parlamento Europeo. En Bruselas estuvo diez años, y destacó por la colaboración con ERC y CIU en asuntos relacionados con la lengua o la cultura catalanas. Cuando el debate era económico, Romeva estaba en las antípodas de los convergentes, a los que dedicó duras críticas. Forcadell, la segunda en la lista, ha sido durante tres años presidenta de la ANC. Su presencia se daba por hecha, por su prestigio entre las bases independentistas y el favor de los partidos (ha sido cercana a Mas pero es militante de ERC). Tras ella estará Casals, presidenta de Òmnium, que organizó la gran movilización que en 2010 respondió a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto. A continuación en la lista irán Artur Mas, de número cuatro, y Junqueras, de cinco. En caso de victoria el actual presidente revalidaría el cargo.
Pese a que cada vez se van conociendo más detalles, el acuerdo seguía ayer sin cerrarse. ERC y CDC negociaban flecos, aunque según fuentes de la negociación el consenso no peligra. Más allá de la lista, el pacto marca el proceso para proclamar la independencia: en un período de entre seis y ocho meses —en caso de victoria de la candidatura—, el Gobierno llevará la secesión al Parlament y aprobará una ley de transitoriedad, que fijará los cambios legislativos necesarios para fijar “la desconexión” o “la ruptura” —el término se está negociando— con el resto de España.
Las entidades apoyan a Mas y obligan a ceder a ERC
¿Por qué ERC pasó de rechazar con empeño la lista conjunta independentista a aceptarla? La clave estuvo en la reunión que el lunes celebraron Artur Mas (CDC), Oriol Junqueras (ERC), David Fernández (CUP) y los dirigentes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI).
ERC partía con toda la ventaja en la reunión: su propuesta de una lista sin políticos contaba con el aval de las asociaciones y de la CUP, y la única oposición de Mas. Un cinco contra uno que se tornó en derrota. El presidente de la Generalitat reunió a las entidades para convencerles de la necesidad de incluirle a él en la lista. Jordi Sánchez, el favorito de CDC para las elecciones de la ANC del pasado mayo, lo aceptó, en contra de lo que había decidido esa asociación. Su cesión provocó el cambio de opinión de Òmnium y la AMI, asustadas al insinuar Mas que podía renunciar incluso a convocar el 27-S. Ante esa perspectiva, la CUP se levantó de la mesa y las entidades dejaron la decisión final a ERC y CDC.
Junqueras hizo ese relato de los hechos en el Consejo Nacional que ERC celebró el martes. Entre los militantes había incredulidad, resignación y varias opiniones: desde la indignación por la "encerrona" de las entidades y CDC hasta el temor de que el pacto diera al traste con la lucha de ERC por ser referencia de izquierdas. Al final, el diputado Joan Tardà desencalló la tensión: apuntó que el acuerdo no era bueno pero que el partido debía ir unido. Logró un aval unánime a Junqueras, que ayer envió una carta a los militantes para justificar la decisión.
Más difícil fue la digestión en la ANC, donde Sánchez tuvo que explicar el cambio de criterio. La discusión derivó en un posicionamiento ambiguo, en el que la entidad destacaba que el pacto no colmaba sus aspiraciones. La división dentro del secretariado evidencia las tensiones que todavía laten entre CDC y ERC.
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