Veto a las cuentas de la patronal gallega por contratos del presidente
Alvariño ha adjudicado a sus empresas el seguro de la sede de la confederación de empresarios y el coche oficial que utiliza
El presidente de la patronal gallega, José Manuel Fernández Alvariño, ha tropezado por tercera vez con su junta directiva, que le ha impedido en otras tantas ocasiones sacar adelante unas cuentas preñadas de autocontrataciones a sus empresas. Volvió a ocurrir la tarde del lunes, en una reunión en la que dicho órgano obligó al presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) a introducir nuevos cambios en los presupuestos y cuestionó su gestión al frente de la patronal gallega.
Alvariño, que se hizo con las riendas de la CEG en julio de 2013, tuvo que hacer frente al rechazo de sus opositores tanto a la validación de las cuentas de 2014 como a su proyecto para 2015. Los principales escollos consisten en actuaciones polémicas como la adjudicación a sus propias empresas del coche oficial y el chófer que utiliza como presidente, contratados con la sociedad limitada Auto Rent, de su propiedad. Alvariño ya había intentado sin éxito subir el importe de ese contrato de 2.000 a 11.000 euros mensuales. El expresidente de la patronal de Pontevedra también contrató por 5.000 euros anuales el seguro de la sede central de la CEG con otra compañía de su grupo, Riescontrol Correduría de Seguros, de la que controla el 100% a través de Alvariño Inversiones. Los hijos del presidente de la patronal, Israel y David Fernández Alvariño, figuran como apoderados de la aseguradora.
El empresario vigués no tuvo problemas ayer para que el comité ejecutivo de la CEG apoyara sus propuestas, pero estas fueron posteriormente rechazadas en la reunión conjunta de este organismo con la junta directiva por 23 votos en contra por 18 a favor y una abstención. En declaraciones a Europa Press, Alvariño restó importancia a este rechazo, y aseguró que la junta simplemente se le reclamó “apretar más” los presupuestos de 2015, por lo que se mostró “satisfecho” y confió en sacar adelante sus cuentas antes de que finalice julio.
Los opositores de Alvariño, en cambio, denunciaron la “extrema debilidad” del presidente de la patronal, al que instaron a presentar su dimisión. En el ambiente de la reunión también pesaron las últimas noticias sobre otras autocontrataciones realizadas por Alvariño cuando estaba al frente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, como la adjudicación a una empresa de su propiedad de la elaboración de un informe sobre energía fotovoltaica, realizado en tres semanas y por el que cobró 89.000 euros.
Para los opositores, el rechazo de la junta directiva supone una enmienda a la totalidad de la gestión de Alvariño, al que acusan de someterse a sus intereses particulares y a los de la Xunta y de tener la CEG “al borde de la quiebra”. “Le fallaron hasta los que consideraba los suyos”, afirma un asistente a la reunión. Además de las autocontrataciones, también se puso en cuestión una partida por 70.000 euros de gastos judiciales extraordinarios con el despacho Garrigues de Vigo.
A instancias de los directivos que rechazan su gestión, Alvariño renunció a una partida de 35.900 euros con una empresa de relacionas públicas que se considera próxima a sus intereses particulares, pero el gesto fue insuficiente para sacar adelante las cuentas. La oposición a Alvariño está focalizada en las organizaciones de provinciales de A Coruña y Lugo, aunque fuentes de la junta señalan que en Ourense hay división. De las organizaciones sectoriales representadas en ese organismo, casi ninguna fue fiel al presidente.
La CEG ha convocado de urgencia para la próxima semana a los miembros de la Comisión de Economía para introducir los cambios que exige la junta de gobierno y poder convocar antes de que finalice el mes de julio la asamblea general de la organización empresarial, que es la que tiene que validar finalmente las cuentas de 2014 y el presupuesto de 2015.
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