_
_
_
_
ROCK / And You Will Know Us…
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Melodía y decibelios

El cuarteto de Austin debuta tras veinte años en Madrid con una exhibición de fiereza, pese a lo desangelado de la sala

Los integrantes de And You Will Know Us by the Trail of Dead.
Los integrantes de And You Will Know Us by the Trail of Dead.Patrick Mc Hugh

Una banda capaz de escoger un nombre inacabable hasta en forma de acrónimo no es susceptible de sucumbir al desaliento. La visita de los texanos … And You Will Know Us by the Trail of Dead (AYWKUBTTOD)presentaba como señuelo el repaso íntegro de su decisivo Source tags & codes (2002), pero las escasas cien personas congregadas en la Sala Cats constituían el vivo ejemplo del desangelo. Jason Reece, Conrad Keely y compañía no escatimaron en sudor ni decibelios, y eso permite extraer al menos dos conclusiones. Una: el cuarteto, 21 años después, conserva la furia y la profesionalidad (era su primera vez en Madrid, para más inri). Y dos: obtener un 10 en las calificaciones de Pitchfork no significa, por fortuna, gran cosa.

Engrosan AYWKUBTTOD, bien es cierto, la magra nómina de bandas que, abogando por escribir canciones y no tocatas o minuetos, aplastan las voces de los cantantes bajo una avalancha instrumental. La tormenta eléctrica está garantizada, en cualquier caso, pero el cuarteto se afana por demostrar que la melodía no tiene por qué estar reñida con los decibelios. Las sacudidas son las propias de un torreón de alto voltaje, pero hay tenues respiraciones (Heart in the hand of the matter), pasajes más contemplativos (Monsoon) y, en general, la sensación de que los punteos de guitarra no confunden la lírica con la ñoñería.

El permanente intercambio de posiciones entre guitarrista y batería constituye otro de los evidentes atractivos en el directo de la banda, que suministra adrenalina sin remilgos, miramientos ni interrupciones. El hardcore no sabe de artrosis ni medias tintas, como bien apreciaban tantos espectadores que aventaban los brazos igual que si fueran ellos los portadores de las baquetas. Queda solo el sinsabor de que el tema central de Source tags…, último antes de los generosos bises, sonase algo desafinado cuando es el más inmediato del catálogo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_