La cúpula de Unió define este martes su postura sobre la independencia

Unió decidirá este martes buena parte de su futuro y de su relación con Convergència con vistas a las elecciones del 27 de septiembre. La dirección del partido tiene previsto acordar el contenido de la pregunta de la consulta a su militancia el 14 de junio para saber qué papel debe jugar el partido en el proceso soberanista y hasta donde quieren llegar. La cuestión es espinosa. Josep Antoni Duran Lleida rechaza la independencia y una pregunta binaria pero se enfrenta a la petición de un millar de militantes que han propuesto un interrogante sin ambigüedades: “¿Quiere que Unió se comprometa con una Cataluña independiente en el marco de la Unión Europea?”.

El manifiesto lo firmaron, entre otros, una docena de miembros de la dirección y democristianos tan ilustres como Nuria de Gispert, presidenta del Parlament —votó si-si el 9-N— o el expresidente de la Cámara, Joan Rigol, presidente del Pacto Nacional por el Derecho a Decidir que agrupa a 3.000 entidades en favor de la consulta. El sector soberanista, que logró el 30% de apoyos en el último cogreso, quiere que la pregunta acabe con la indefinición de Unió y que aclare de paso su relación con Convergència Democràtica (CDC).

El contenido de la pregunta es por ahora una incógnita pero Ramon Espadaler, secretario general de Unió, se ha comprometido a que sea “clara y nítida” y que los afiliados, por tanto, sabrán qué van a votar. “Lo que no va a pasar es que la gente diga después de votar: ‘¿Y ahora hacia adónde iremos?’ La pregunta diseñará claramente cuál es la posición de Unió”, ha afirmado el también consejero de Interior de la Generalitat. Los democristianos se desmarcaron en marzo del compromiso suscrito por su socio y Esquerra para etiquetar el 27-S de elecciones plebiscitarias y proclamar la independencia en 18 meses si ganan los partidos soberanistas. Duran dio anoche una pista: dijo en un apunte en su blog que lo que Unió debe decidir es si va a remolque de otros partidos o si apuesta por una hoja de ruta propia y rechazó que la pregunta deba ser binaria porque la hoja de ruta de CDC tampoco lo es.

Unió ha sido uno de los pocos partidos —el otro fue Iniciativa— que ha mantenido una postura ambigua respecto a la secesión. Los democristianos defienden el derecho a la autodeterminación y un Estado propio pero se declaran confederales, es decir, rechazan la ruptura. Duran rechaza la declaración unilateral de independencia y ha sido uno de los grandes defensores de la tercera vía que pasaría por un nuevo modelo de financiación y un blindaje de las competencias en cultura, historia y lengua —sistema de inmersión—.

Convergència ha mantenido, al menos en público, una tregua respecto a la posición de Unió, que hace meses ya anunció que fijaría posición el 14 de junio. Sin embargo, la cúpula convergente encajó con estupefacción e indignación que Duran no participara en la noche electoral del 24-M —saldado para CiU con la dolorosa derrota de la pérdida de la alcaldía de Barcelona— al escudarse en un compromiso familiar.