Un concierto despeinado

Cuando apareció, hace ya once años, fue saludado como una nueva voz de la intimidad, un cantautor que apelaba a su tormentoso mundo interior y lo hacía a través de la música de raíz norteamericana, a caballo del folk con zonas fronterizas con el country. Sus canciones, desoladoras, enaltecidas por una voz grave que las decía doliéndose, brillaron como el lamento del perdedor y este hilo emocional comenzó a ser protagonizado en concierto por la llamativa figura de Micah, un ser que parece nació del lápiz del creador de Fido Dido y que se mueve como si acabase de dejar la cama. Llamó la atención.

Ha pasado el tiempo y Micah ha fortalecido sus características como intérprete. Su aire de persona despeinada, que impone su propio ritmo en los conciertos, dilatando con ajustes de su guitarra o con cualquier otra actividad el tiempo que media entre canción y canción, ya forman parte de la marca. Y hay veces en las que las formas pueden al fondo y los conciertos se extraían. En su paso por Bikini, amén de este comportamiento que requiere mucha comprensión y complicidad por parte del espectador, se sumó una banda raquítica, un dúo de batería esquemática y bajo resumido, encargada de apoyar una voz que se tomó muchas licencias y acabó interpretando como desganada, casi como si en cada nueva frase la canción estuviese a punto de acabar abruptamente. De nuevo los espectadores hubieron de aceptar las formas de Micah y comprar al personaje en su integridad.

El concierto comenzó con un generoso repaso a su primer y excelente disco, y luego fue diluyéndose de manera que sólo con una entrega absoluta resultaba sencillo mantener la vinculación con el escenario. Había momentos que estimulaban la noche, como por ejemplo la toma de Tell Me It Aint So, pero en general Micah se mostraba estrábico, desafinado y sin aparentar empatía, más bien exigiendo que toda ella fuese puesta por el respetable. Así pues de un artista que suele dar conciertos tan despeinados como él mismo, tocó concierto despeinado. Sólo los muy fans volverán a verle en su próxima visita, otros pensarán que sus canciones suenan más completas en disco. Esta vez sí, fue así. ¿La próxima?