Obras universales, músicos locales
Víctor Pablo Pérez afronta su primera temporada a los mandos de la Orquesta de la Comunidad
Víctor Pablo Pérez (Burgos, 1954) es un hombre que cree que no hay un solo cristal con el que mirar el mundo. Cuando impartía clases de música en un instituto, dejó los libros de texto a un lado para analizar con sus alumnos la estructura de sus canciones preferidas, y ha convertido a la Orquesta Sinfónica de Galicia —de donde proviene— en un referente. Ahora toma las riendas de la Orquesta de la Comunidad de Madrid (Orcam), en su primera temporada como programador. “Me gustaría que la Comunidad de Madrid pudiera presumir de su orquesta y su coro y llevarlos fuera de sus fronteras, que sea un referente musical dentro del panorama europeo. Y construir todo eso desde la base, desde la Camerata infantil y los Pequeños Cantores”, dice el director.
Quiere edificar desde abajo, crear cantera, y por eso este año se estrena la Camerata infantil, la pieza que faltaba y que complementa a los Pequeños Cantores —titular en el Teatro Real desde hace cinco años—, al coro y orquesta jóvenes y sus hermanos profesionales. “Ya son seis las instituciones que forman este proyecto. Reflejan el modo moderno de la reestructuración de las orquestas sinfónicas, que quedan al servicio de la sociedad de una manera más amplia”, cuenta.
En la próxima temporada habrá hasta seis estrenos absolutos de piezas. “Es la continuidad del espíritu de la orquesta. Su compromiso con la música actual. Uno de esos estrenos siempre es internacional, que en el caso de la temporada que viene es la obra encargada a Wolfgang Rihm, que es uno de los grandes; igual que en 2015 hacemos Rautavaara”, dice Pérez. Además, ha intentado lo imposible en una orquesta de este tipo, que el coro esté presente en cada programa en el escenario, aunque sea con una obra pequeña.
Es un repertorio que pretende acercarse más a los grandes sinfonistas de la historia de la música. “En las temporadas anteriores se programaban cosas interesantes. El Beethoven o el Schumann más desconocido. Hoy, la orquesta tiene necesidad de hacer obras de Mahler o Sibelius, de los que no ha hecho apenas nada”, dice el director, que la llevará a 11 escenarios distintos de la Comunidad, incluyendo la Plaza Mayor, donde se dará el tradicional concierto de verano. “Con propuestas populares como esa puedes hacer que otro tipo de público empiece a interesarse por la música clásica”, cuenta.
Para atraer nuevos públicos se seguirá con la apertura hacia nuevas músicas en los conciertos denominados Orcam Pops —que llevan años triunfando en Estados Unidos—. “Orcam Pops no es solo un nombre, lo que pretende es buscar una serie de programaciones que puedan atraer a un público diferente. Este año, por ejemplo, hemos hecho en una misma noche zarzuelas, canciones de la Movida y José Sacristán ha recitado versos de Machado”, dice el director, que sueña con que la orquesta sea identificada por los madrileños como algo propio.
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