Esquerra lucha por volver a ser decisiva en Barcelona

Esquerra Republicana plantea los comicios del 25 de mayo como una primera vuelta de las elecciones plebiscitarias del 27-S. "Estas elecciones son constituyentes porque los municipios cosntituyen uno de los principales poderes de la futura república", dijo ayer el presidente del partido Oriol Junqueras, también candidato por Sant Vicenç dels Horts, en la fábrica Fabra i Coats de Sant Andreu, en Barcelona. Los republicanos aspiran no solo a crecer -algo que dan por descontado, puesto que en 2011 obtuvieron solo dos concejales en Barcelona- sino a poder conformar un Ayuntamiento con mayoría soberanista de la mano de CiU.

 Sin embargo, los republicanos, liderados por Alfred Bosch, son conscientes de que el nuevo consistorio estará muy fragmentado y que la aritmética puede ser muy cruel. CiU, PSC y Barcelona en Comú estarían dispuestos a llegar a acuerdos con los republicanos pero las encuestas no paran de advertir que tienen que cambiar mucho las cosas para que los republicanos sean realmente claves.

El objetivo se antoja difícil: la suma de CiU y ERC no llega a la mayoría y un acuerdo tripartito de izquierdas parece poco probable, dado el compromiso entre los partidos que impulsan el proceso para pactar en los consistorios.

Igual que el resto de candidatos sin opciones a la alcaldía, Bosch busca un espacio entre Ada Colau y Xavier Trias. Por ello en su cargó lanzó una pulla contra Barcelona en Comú, asegurando que ERC, más allá de la protesta, apostaba por "la propuesta y el proyecto de ciudad". A la gestión de CiU también dedicó algunas críticas, subrayando las desigualdades que todavía campan en a cidudad. Pese a los reproches a ambos, también lanzó mensajes conciliadores y destacó su capacidad para "generar consenso" con otras formaciones.

En Barcelona, ERC ha formado parte de los últimos gobiernos tripartitos hasta que, en 2011, se produjo el cambio y Xavier Trias ganó las elecciones. Los republicanos se acercaron a CiU, e incluso les han aprobado los presupuestos, pero los nacionalistas han tomado las decisiones más importantes del mandato de la mano del PP.

ERC dejó de ser clave en 2011 y para volver al Gobierno municipal han apostado por caras nuevas -se retira el sempiterno Jordi Portabella y Joan Laporta, sustituídos por Bosch i el actor Juanjo Puigcorbé- y una estrategia que pasa por captar al socialismo más soberanista, al sumar con Avancem y MES, escisiones del PSC.

ERC aspira a sacar un buen resultado en el Eixample, el distrito más poblado con diferencia, y cree que puede llegar a ganar en Gràcia y Sant Andreu. El partido cree que el amplio número de indecisos que registran los sondeos puede ampliar sus opciones de ser decisivos si consiguen convencer a los votantes independentistas de que estas elecciones también son plebiscitarias. Pero ni los más optimistas creen que la ascensión sea suficiente para ver a Bosch con la vara de alcalde alcalde, hito que el partido soñó tras ganar las europeas en 2014. El objetivo, ahora, es más modesto: volver a ser decisivos.