Cómo decorar una fábrica del XVIII

Casa Decor, una de las ferias de interiorismo más grandes de Europa, celebra su 50 edición en Malasaña. El evento, que invita a varios decoradores a intervenir de manera integral —“desde la entrada hasta la azotea”— un edificio singular, se instala, en esta ocasión, en la Real Fábrica de Cera de la calle Palma 10, inaugurada por Carlos III en 1788. “Este edificio y este barrio son dos símbolos de lo que Casa Decor quiere transmitir en esta edición tan significativa”, dice Luis Sánchez de Pero, consejero delegado de la cita, que se inauguró en 1992 y que anualmente se celebra en Madrid, aunque también ha habido ediciones especiales en Barcelona o Valencia. “Unimos un pasado glorioso y nos abrimos a la sociedad contemporánea con nuevos talentos, nuevas tendencias y nuevos materiales reunidos en un edificio histórico y singular del siglo XVIII”, resume Sánchez de Pero.

Así, en este inmueble de 2.600 metros cuadrados, propiedad de una inmobiliaria y vacío desde hace más de un año, se podrá ver el trabajo de 42 equipos de interiorismo, arquitectura y paisajismo, que ha transformado 50 de sus estancias (hasta el 7 de junio, de 11 a 21 horas. Entrada: 12 euros). “Este evento se ha convertido en un punto de encuentro muy importante de amigos, profesionales y colegas”, dice el mediático interiorista Guille García-Hoz, que ha trabajado en programas de televisión de decoración. Para esta edición, García-Hoz ha intervenido el patio del inmueble, coronado por un imponente lucernario. “He realizado un jardín de invierno, en el que se mezclan muebles de interior con un ambiente exterior”, resume.

Además, han aportado su visión otros nombres del gremio, como Héctor Ruiz-Velázquez, Olga López de Vera, Marisa Gallo, Silvia Trigueros, Sara Folch, Isabel Laranjinha, Beatriz Silveira o Raúl Martins. “Hemos querido dar cabida a espacios únicos, difíciles de encasillar”, avisa Covadonga Pendones, coordinadora de facto del evento. “Arte, creatividad y ensueño se reúnen para crear todo tipo de atmósferas: selvas tropicales, sueños infantiles, espacios poéticos...”, continúa Pendones. Al dar un paseo por las cuatro plantas —no olvidar la azotea, que esconde un restaurante (abierto hasta las 23.30) desde el que disfrutar de una agradable vista de los tejados madrileños— se recorren las tendencias actuales en interiorismo: el gusto por los espacios multifuncionales, que acogen diversas zonas y usos; un cierto predominio del color verde o la afición por las superficies trabajadas con todo tipo de efectos, ya sean pinturas lisas, texturadas o papeles estampados.