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La “seducción” invernal del Samur Social

La Campaña del Frío intenta incluir a los sin techo en la red de atención estable

“Con que sólo una persona deje la calle, ya cumple su finalidad”, dijo en 2014 la alcaldesa, Ana Botella, sobre la Campaña del Frío. El Ayuntamiento incrementa en invierno las plazas en albergues; este año, a las 1.478 de la red se sumaron otras 543, número suficiente para acoger a todas las personas sin hogar de la capital. Cada año, el Ayuntamiento invierte 15,4 millones en programas para este colectivo. Pero la Campaña del Frío tiene como objeto además aprovechar que acuden a los albergues por el frío para intentar incluirlas en la red de atención estable con vistas a su reinserción en una vida normalizada. “Es una gran oportunidad”, dice Darío Pérez, jefe del Samur Social. Pero no es fácil.

“Son personas que suelen rechazar los servicios de acogida. Durante la campaña incrementamos la intervención: si antes vamos a verlos una vez a la semana, con el frío los visitamos más. Un simple resfriado sirve como pretexto: ‘Hombre, con este catarro, estar en la calle...’. El frío favorece el contacto con la red, y una vez que entran en un centro, a veces les cuesta más salir. Son personas que llevan mucho tiempo en la calle y entrar les cuesta, convencerlos es un trabajo intenso. Pero estamos todo el año trabajando con ellos, no somos algo oportunista que aparece, somos Carlos o Sara, Ignacio o Maribel, que les van a ver todo el año y que en invierno se preocupan más por ellos. Usamos el frío para seducir, en el sentido profundo de la palabra, para que acepten algo que llevan tiempo rechazando”.

Y añade Pérez: “Igual que una serie de sucesos estresantes favorece la exclusión, oportunidades como esta ayudan a romper con la exclusión, a cambiar el chip. A veces la gente siente la salida de la calle como una pérdida más que como una ganancia, porque allí han generado una relación con vecinos y comerciantes, con el que duerme a su lado... Esa pérdida de relaciones personales asusta, en cierto modo es como irte de casa de tus padres: aunque luego seas consciente de la ganancia, al principio hay temor. Si algo caracteriza al sin hogar es la soledad, el desarraigo, aunque a veces duerman juntos por seguridad”.

En 2013-14, el Samur Social sacó de la calle a 20 personas.

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