El PP admite problemas en las urbes y centrará esfuerzos en las diputaciones

El escenario electoral para el PP de cara a las elecciones municipales del 24 de mayo “ha cambiado” a la baja con respecto a la convocatoria de 2011. Así lo admitió ayer abiertamente el secretario general de la formación en Galicia y vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, quien marcó como objetivo público de su partido gobernar “en la mayoría de los municipios”. Un propósito, el de que sean suyos los alcaldes de algo más de la mitad de los 314 ayuntamientos de Galicia, que en el pasado los populares habrían considerado un simple punto de partida. De hecho, actualmente cuenta con dos tercios de los regidores gallegos. Pero ahora, con la indefinición que aporta la aparición de nuevas formaciones, especialmente en las ciudades, el PP asume que tiene difícil consolidar o ampliar su voto urbano por lo que se volcará en intentar gobernar las cuatro diputaciones provinciales concentrando su esfuerzo en aquellos partidos judiciales que considera claves.

Rueda considera que la “división” del voto que puede provocar la presencia de nuevas candidaturas como las mareas o Ciudadanos perjudicará más a los partidos de la izquierda que al PP. Pero admite que contempla la posibilidad de “bajar” sus resultados con respecto a 2011. Aún así, Rueda insistió en que su objetivo es gobernar con el respaldo de sus propios votantes “sin renunciar donde sea necesario a completar mayorías” con pactos con otras formaciones. Volvió a dejar abierta así la puerta a acuerdos postelectorales con Ciudadanos.

En el partido son conscientes de la dificultad que entraña tanto mantener las ciudades que ya gobierna (A Coruña, Ferrol y Santiago) como conquistar las restantes. En las primeras, las mayorías absolutas obtenidas en 2011 las logró por muy escaso margen y todas las encuestas divulgadas en los últimos meses dibujan un panorama cambiante por la aparición de nuevas formaciones. Ante esta situación, el PP centrará buena parte de su esfuerzo electoral en intentar que los actuales presidentes provinciales Diego Calvo (A Coruña), José Manuel Baltar (Ourense) y Rafael Louzán (Pontevedra) se mantengan en sus puestos y se una a ellos un cuarto cargo popular, aún no determinado, al frente de la Diputación de Lugo, la única que no controla. De lograrlo, propinaría además un duro varapalo al actual presidente, el secretario general de los socialistas gallegos José Ramón Gómez Besteiro. En esa estrategia el presidente Feijóo, que los populares consideran su mejor activo electoral, no solo hará campaña en las principales ciudades sino que también acudirá a aquellas poblaciones intermedias en cuyos partidos judiciales pueda estar en juego ganar o perder algún diputado provincial clave.

El esfuerzo por las diputaciones no se limitará a Lugo porque los populares tampoco dan por seguro mantener las de A Coruña y Pontevedra. En el primero caso porque es en esa provincia donde más candidaturas presenta Ciudadanos. En el segundo, porque aunque el PP ya baraja como probable la victoria en Vigo del actual alcalde del PSOE, Abel Caballero, un triunfo suyo muy abultado podría desbancar a los populares también a nivel provincial.

Según avanzó ayer Rueda en una comparecencia para desvelar algunos detalles de la campaña electoral que prevé realizar el PP, esta se hará “a pie de calle”, informa Europa Press, y sus dirigentes no participarán solo en mítines sino también en encuentros sectoriales donde puedan explicar sus políticas. Con respecto a la presencia de dirigentes nacionales, recordó que el 24 de mayo en Galicia solo se celebran elecciones municipales mientras que en otras comunidades también hay comicios autonómicos, por lo que la presencia de los miembros del Gobierno central será menor. El presidente Mariano Rajoy acudirá a Galicia en una fecha que todavía está sin concretar mientras que Feijóo acudirá a un par de actos en otras comunidades pero solo durante la precampaña. Entre ellos, presentará un acto del presidente extremeño, José Antonio Monago.