Flexiones entre las vigas

1.Taberna Matritum. Es una vinoteca donde hacen interesantes catas a ciegas de diversos vinos, y con una deliciosa cocina catalana que no para de estrenar nuevos platos. Lo mejor del sitio es Carlos, el maître; déjate en sus manos y comerás y beberás muy bien. Para mí es el mejor restaurante de Madrid. (Cava Alta, 17).

2. Bar Galleta. Si te gustan los postres, es un sitio muy especial porque elaboran todos a partir de las clásicas galletas Fontaneda que comíamos de niños. Por supuesto, recomiendo la tarta de galleta. (Corredera Baja de San Pablo, 31).

3. Singular Box. Allí descubrí el cross fit, y por tanto lo que significa disfrutar de un deporte por el mero placer de practicarlo. Siempre he entrenado por estética, por mi trabajo, pero hasta que llegué aquí nunca lo había hecho por puro placer. Además, en este lugar, una nave industrial con vigas vistas, los que vamos somos como una familia. Hay mucha disciplina y muy buen ambiente. (Ramón de Aguinaga, 13).

4. Madrid Río. Tengo que reconocer que estuve en contra de aquella locura de obra, que sufrí como el resto de los madrileños y que nos ha dejado un gran agujero económico. Pero también reconozco que ahora es un sitio perfecto para ir a correr o a montar en bici; uno de los lugares más agradables de la ciudad.

5. Azotea del Círculo de Bellas Artes. Ya sé que es un sitio muy típico, pero no sería honesto si no lo mencionara. Los atardeceres en verano tomando una caña son increíbles. Esta azotea es uno de los motivos por los que me enamoré de esta ciudad. (Alcalá, 42).

6. Mad Café. Tienen las mejores hamburguesas de la ciudad. Y punto. Recomiendo la más gocha, la BBQ, y los chicken tenders. Comiéndolos siento una felicidad absoluta. (Cava Alta, 13).

7. KikeKeller. Parece una tienda de decoración, pero al fondo te encuentras con un bar muy tranquilo y, sobre todo, con unos gin-tonics espectaculares. Siempre tiene el punto perfecto de gente. Hay exposiciones y el hecho de que puedas comprarte prácticamente todo lo que te rodea lo hace muy especial. Además, está lleno de recovecos: Bajas unas escaleras y descubres una puerta que va a un jardincito… Es un bar con mucho rollo. (Corredera Baja de San Pablo, 17).

8. El Retiro. Concretamente, la zona a la que se accede por la puerta de Atocha, donde hay unas barras perfectas para entrenar al aire libre cuando empieza el buen tiempo. Echo de menos más espacios verdes en la ciudad, como los que hay en Sevilla, y en este parque siento el contacto con la naturaleza.

9. Monkey Garden. Es mi tienda de ropa en la capital. Les dan a las prendas un punto diferente, y no cobran precios desorbitados. Lo mejor son los dependientes: unos tipos majísimos que, compres o no, te hacen pasar un buen rato. (Barco, 38).

10. Naves del Español, en Matadero Madrid. Me parece un centro de creación brutal, y creo que aún tiene muchas posibilidades. Se le puede seguir sacando partido para que se convierta en el centro neurálgico de la cultura en Madrid. Allí actué en Hamlet junto a Blanca Portillo, por lo que tengo un recuerdo muy especial de ese sitio. (Plaza de Legazpi, 8).