Parla entra en su segunda semana de huelga de basuras
El Ayuntamiento, en bancarrota, no puede hacer frente al pago mensual de la contrata
Desde el pasado lunes 16, el municipio de Parla sufre una huelga de recogida de basuras. Es la tercera en los últimos cuatro meses. Por eso, los residuos urbanos se extienden por las calles de esta localidad de 125.000 habitantes. En los últimos días, incluso, se han originado algunos incendios en los contenedores repletos y los vecinos hablan de “total insalubridad”.
La empresa concesionaria de la limpieza viaria y la recogida de basuras, la UTE (Unión Temporal de Empresas) Garbialdi-Sadifer, pidió esta misma semana anular el contrato que le unía con Parla, ya que el Ayuntamiento le debía casi un millón de euros y, sin ese abono, no podía pagar a sus dos centenares de empleados. El Consistorio ya les ha avanzado 360.000 euros, pero, de momento, es incapaz de abonar el resto de la factura, más de 700.000.
El Ayuntamiento de Parla está en quiebra técnica, según reconoce su alcaldesa, Beatriz Arceredillo, del PSOE, porque arrastra una deuda superior a los 550 millones euros. El presupuesto real no llega a los 70 y su deuda con la concesionaria del tranvía de la localidad es de más de 180 millones. Además, hace dos años que no abona la parte que le corresponde del contrato con esta sociedad de transportes y el fondo de inversión que se ha quedado con la deuda —el anterior equipo de gobierno local se la revendió— ya ha denunciado al Ayuntamiento por impago en los tribunales
Parla tiene un periodo medio de pago de 10 meses (297 días).
Hasta las elecciones del próximo mayo, el Consistorio tendría que abonar otros tres millones de euros por el servicio. Según la última Cuenta General aprobada (2013), Parla tiene un periodo medio de pago de 10 meses (297 días).
En la contrata actual trabajan unos 200 empleados, que durante años han sufrido retrasos e impagos por la deuda. Beatriz Arceredillo, regidora desde mediados de noviembre tras la imputación de José María Fraile en la Operación Púnica, desveló hace un mes, cuando cumplió 100 días al frente del Ayuntamiento, que la deuda local superaba los 550 millones: 313 millones a proveedores, 180 millones a la adjudicataria del tranvía, 24 millones de deuda residual a empresas de servicios, 21 millones de deuda bancaria, 15 a la Seguridad Social y unos tres millones de impago de suministros de agua y luz.
La situación económica de Parla es tan angustiosa que el Estado se queda con el 100% de la participación en los impuestos nacionales que le corresponden como Ayuntamiento. Este dinero se dedica íntegramente a pagar a proveedores. Aracedillo se niega, mientras tanto, a despedir a los trabajadores municipales (1,6 millones de nómina mensuales) y a subir los impuestos. Ha pedido ayuda al Gobierno regional y central, porque el Ayuntamiento “está en bancarrota”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.