Glòries, ahora sí, una plaza

Nadie diría que hace poco más de un año el tambor viario elevado de la plaza de les Glòries estaba en pie, con 150.000 coches entrando y saliendo cada día de Barcelona. Durante este año y pico se ha derribado el anillo; el tráfico se ha desviado de media docena de formas distintas; se ha inaugurado la grapadora (el museo del Disseny); se urbanizó provisionalmente su entorno, en el lado mar de la plaza…. y ha llegado el turno del lado montaña.

Tras 15 meses de obras, mañana se inaugura la que, ahora sí, será la plaza que nunca ha funcionado como tal, por más que lo digan las placas oficiales. De hecho, los vecinos no han esperado a la comitiva de autoridades ni a la jornada de actividades deportivas, culturales y lúdicas previstas para mañana: desde que ayer el Ayuntamiento comenzó a retirar las vallas, los ciudadanos tomaron el espacio para disfrutar de los nuevos espacios bajo el sol: bancos, jardines, juegos infantiles, mesas de ping-pong, o un gran dragón pintado en el suelo que es una sucesión de juegos de paso.

La movida de Glòries afecta a un espacio de seis hectáreas y tiene por objetivo final soterrar con dos túneles la Gran Via. En una primera fase, entre las calles de Padilla y Badajoz. En una segunda, el túnel se prolongará hasta la rambla del Poblenou.

Desde 2007 los vecinos no han dejado de exigir al alcalde, primero Jordi Hereu (PSC) y luego Xavier Trias (CiU) una solución para una (no)plaza a la que miran dos distritos (Eixample y Sant Martí); que linda con cinco barrios (la Sagrada Família, Fort Pienc, Camp de l’Arpa, Clot y Glòries) y que está rodeada por iconos como la torre Agbar, el TNC, el Hub, o los nuevos Encants, además del centro comercial. Durante este mandato, el clamor de las asociaciones de vecinos para que se licitaran las obras subió de tono, hasta que a finales de 2014 Trias hizo el anuncio. El concurso se adjudicó en febrero por 50 millones de euros y las máquinas deberían entrar a agujerear este mes.

El consistorio ha prometido que los túneles serán transitables en 2017 tras construir dos tubos de casi un kilómetro a 25 metros de profundidad, por debajo del nivel freático, colectores y túneles de tren y la línea 1 del metro. En paralelo, se construyen la nueva escuela de los Encants, equipamientos y vivienda pública. Cuando acabe todo, el parque definitivo se llamará Canòpia Urbana.