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Drama en el colegio alemán

Tres padres de alumnos del centro educativo pierden la vida en el accidente

Àngels Piñol
Una joven enciende una vela en la Iglesia protestante de Barcelona en memoria de las víctimas
Una joven enciende una vela en la Iglesia protestante de Barcelona en memoria de las víctimasConsuelo Bautista.

Matthias Weinmann, violonchelista del Liceo, que este lunes estuvo tocando Siegfried, se puso anoche ante el piano en la Iglesia protestante de Barcelona, en la calle de Brusi, para acompañar la ceremonia en memoria de las víctimas del accidente de avión de Germanwings. El drama alcanzó de lleno al colegio alemán. Al menos tres padres de alumnos, todos ellos altos ejecutivos de empresas de su país radicadas en la capital catalana, perdieron la vida en el accidente. Uno llevaba muchos años afincado en Barcelona y otro se había establecido en septiembre.

La comunidad alemana celebró una ceremonia religiosa acompañada al piano de un vilonchelista del Liceo 

Un centenar de personas se citó en el austero templo para asistir a la ceremonia dirigida por el pastor protestante Holger Lübs, también profesor de religión del colegio, y un sacerdote católico. Lübs, que da clases de religión en la escuela, recordó a las víctimas y evocó la resistencia de Dietrich Bonhoeffer, que fue en los años treinta pastor de ese templo de la calle de Brusi y que tras enrolarse en la resistencia fue ejecutado por los nazis. Weinmann interpretó una canción judía y después Protegidos de cosas buenas de manera maravillosa, de Bonhoeffer y musicada por Siegfried Fietz. 

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Creado en 1894, el colegio alemán es un símbolo de la fuerte implantación de la comunidad de ese país en Barcelona. Las relaciones comerciales entre Cataluña y Alemania son constantes. Kirsten Linke, de la Asociación de Ayuda Alemana de Barcelona, una entidad que se fundó en 1868, explicó que desde las 14.00 no paró de atender llamadas de sus compatriotas, residentes en Barcelona o en su país, para pedir información ante la falta de datos. “No he parado de estar al teléfono”, dijo a la salida de la iglesia mientras cerca de ella un grupo de adolescentes que conocía a los hijos de las víctimas rompía en sollozos. Weinmann no podía pensar por menos en las jugadas del destino: conoce a un hombre que dribló la tragedia porque este mismo martes se cambió el vuelo.

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