Aguirre carga en Rivas contra “la corrupción” de la izquierda
El PP presenta a sus candidatos para los Ayuntamientos del este en el municipio de Tania Sánchez, a quien el partido puso una querella
En la aldea gala de la izquierda, Rivas-Vaciamadrid, el municipio más grande de España gobernado por Izquierda Unida, y en un auditorio por cuyo nombre (Pilar Bardem, actriz y conocida activista de la izquierda, madre del oscarizado actor Javier Bardem) el candidato del PP a esa alcaldía, Jesús González Espartero, llegó a pedir perdón: “Teníamos para elegir el auditorio Che Guevara, pero me pareció demasiado”.
Esa tierra hostil fue la elegida por el PP para presentar ayer a sus candidatos a los Ayuntamientos de la zona este de Madrid, la que durante años fue considerada el cinturón rojo de la región. Un municipio expresamente seleccionado para cargar contra Tania Sánchez, la excandidata de IU a la Comunidad de Madrid y exedil de Rivas, investigada por la supuesta concesión irregular de contratos a la empresa de su hermano por 1,4 millones de euros tras una querella del propio PP.
“Rivas hoy es el escaparate de la corrupción y del desgobierno de la izquierda”, proclamó Aguirre. El alcalde de Rivas, Pedro del Cura, y el padre de la política, el concejal Raúl Sánchez, también han sido demandados por el PP.
Aguirre, quien por la mañana había protagonizado las críticas dentro del PP al candidato andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, tras el mal resultado de las elecciones en esa comunidad, llegó al acto molesta por las “filtraciones de gente que está hundiendo al partido”, después de que se conociera que en el comité de dirección había sugerido que Moreno debería dimitir. Por la tarde reiteró que el candidato no había podido superar “el estigma de la designación a dedo”, a pesar de que ella misma fue elegida por el mismo sistema. Y admitió que le había dicho directamente a Moreno que “de no estar a dos meses de las municipales, debería convocar un congreso extraordinario”.
"Nos han elegido igual"
Cristina Cifuentes no pudo evitar mostrar cierta sorpresa cuando fue preguntada a su llegada por las declaraciones de su compañera en el tándem electoral de la Comunidad, quien atribuyó parte del fracaso de las andaluzas a que Juan Manuel Moreno Bonilla hubiera sido elegido a dedo. “No sé a qué se refiere ni qué ha querido decir… A todos los candidatos nos han elegido de la misma forma”, admitió incrédula Cifuentes, consciente de que tanto Moreno como ella y Aguirre han sido escogidas por el mismo sistema, la designación del comité electoral, que al final es una decisión de Mariano Rajoy.
“Tú di que de chismes y filtraciones no hablamos”, le recomendó después Aguirre, en la breve conversación que las dos mantuvieron antes de entrar en el acto. “¡Qué pendientes más monos!”, le concedió la presidenta del PP a su compañera antes de sobrepasar juntas el umbral de la puerta y recibir los aplausos entregados de los suyos.
La candidata a la alcaldía de la capital incidió delante de los suyos en los problemas del partido tras el resultado de las andaluzas. “Si presentarse para ser alcalde es siempre un ejercicio de responsabilidad, hacerlo en las circunstancias actuales todavía más. El trabajo va a ser más difícil y duro que nunca”. Aguirre se detuvo especialmente en la crítica al Gobierno de Izquierda Unida en Rivas, y sobre todo en el caso de Tania Sánchez. “Ante esta corrupción, en lugar de pedir perdón, la izquierda arremete contra los que denuncian sus chanchullos y reaccionan negando la evidencia. Tania Sánchez ha llegado a decir que no sabía que su hermano era gerente de la asociación a la que llenó de subvenciones y contratos. ¡Toma por tontos a los vecinos de Rivas!”, clamó la presidenta del PP madrileño, en cuyos Gobiernos han aflorado casos de corrupción que han afectado a algunos de sus más estrechos colaboradores, como la trama Gürtel o la Púnica.
Cristina Cifuentes, la aspirante popular en la comunidad, añadió: “Rivas es el mejor ejemplo de lo que nadie debe hacer en un Ayuntamiento”. Y aprovechó para hacer una defensa de la educación concertada, al hilo del conflicto entre el Consistorio del municipio de izquierdas y el Gobierno regional del PP por la apertura de un nuevo colegio concertado religioso en el municipio que el Ejecutivo local rechaza. “Rivas ha sido escenario de una dura batalla legal para salvaguardar el derecho a la libertad de elección, que se ha conseguido ganar con el enorme esfuerzo del Partido Popular”, dijo Cifuentes, que abogó por una educación pública y de calidad, pero “compatible con la existencia de centros concertados, religiosos o laicos”.
Las candidatas arremetieron también contra Podemos. Aguirre dijo que el partido de Iglesias defiende “modelos sacados del basurero de la historia”, y Cifuentes apostilló que frente a los “populistas”, el PP es el partido del “Hacemos. Hacemos que España salga del pozo en el que le hundieron los socialistas”. Subieron al estrado con Satisfaction de fondo y satisfechas parecieron terminar el baño de masas.
Aguirre cerró el acto recuperando uno de sus clásicos, que fue coreado con entusiasmo por los miembros de su partido. “En el PP solo tenemos un método, ¿cuál es?”, arengó. “¡Pico y pala!”, contestaron a coro.
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