Locales ‘after-hours’ del distrito Centro burlan los controles policiales
Los propietarios ignoran las denuncias y cambian de sede El Ayuntamiento tiene una actitud pasiva con estos lugares ilegales
A las seis de la mañana, de viernes a lunes, el sueño de los vecinos del número 3 de la calle Antonio Grilo era interrumpido hasta el pasado sábado por el bullicio del after-hours The Hole, ubicado en la planta baja de la finca. Como otros locales similares situados en el centro de Madrid, The Hole incumple directamente la Ley 17/97 de espectáculos públicos y actividades recreativas, que no permite que ningún establecimiento de “tipología discoteca, salas de baile y asimilables” abra sus puertas después de las 5.30 de la madrugada. Pero ellos lo siguen haciendo.
Esta situación de ilegalidad se repite en otras comunidades de vecinos afectados por locales como Garage Café (Jesús del Valle, 34), Jäguergrouend (Santa Teresa 4), Las Horas (Magdalena, 32), y Fucar, 10. “Hacen siempre lo mismo a partir de las seis de la mañana: música a todo volumen. Música machacona, bacalo dance, que te vibran las puertas del armario”, dice uno de los vecinos de la calle la Magdalena, 32.
El caso en todos es casi idéntico: múltiples intervenciones de la policía municipal y nacional, centenares de actas y expedientes por sumas que en algunos casos ascienden a cientos de miles de euros, y la sensación de impotencia de los vecinos. “El establecimiento aquí, en Fucar, burla la normativa con una licencia de café bar, para así justificar su apertura a las seis de la mañana. Pero no es ningún café bar”.
En el caso de The Hole, el Ayuntamiento ha decretado una clausura cautelar, porque ha “detectado graves deficiencias de seguridad” tras una intervención de la Policía Municipal el pasado sábado. En realidad, la comunidad de vecinos de Antonio Grilo venía solicitando esta medida desde hacía meses. La semana pasada la oficina de prensa del Ayuntamiento no dio respuesta a este periódico sobre por qué no se cerraba este lugar que, según manifestó Erguido Cano, concejal presidente del distrito de Centro, en el pleno del Ayuntamiento, contaba “desde julio 2014 hasta el 19 de enero de 2015 con 75 inspecciones de la Policía Municipal”.
Aunque para sus 30 vecinos el ruido ha podido cesar de momento, los de las otras comunidades afectadas continúan en una situación desesperante. Los habitantes del número 4 de Santa Teresa recuerdan que “los mismos que están desde hace un año en Jäguerson estaban antes en Campo Amor, 4, a solo unos metros de aquí, pero bajo el nombre de Anglete Club”. Todos los vecinos afectados concuerdan en observar un patrón de comportamiento en estos locales: “Esta gente no pone mucha resistencia cuando le cierran el local, porque inmediatamente se instalan en otro”.
Casi un centenar de afectados de varias comunidades de Centro se manifestaron frente al Consistorio, en la plaza de Cibeles, este sábado. “Basta ya, queremos descansar”, gritaban. Pero no han acabado con el problema; si acaso, han logrado trasladarlo. “Hoy, tras la visita de la policía, escuché al portero de The Hole decir por teléfono: ‘Pásale 30.000 euros y abrimos el otro local hoy mismo”, declara una vecina.
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