Comisarías de alto riesgo
Los cuatro sindicatos mayoritarios de la Policía Nacional piden al juez el cierre de tres centros ante los graves riesgos de seguridad que presentan
Los cuatro principales sindicatos del Cuerpo Nacional de Policía (SUP, CEP, SPP y UFP) han decidido pasar a la acción. Tras haber denunciado desde hace años las graves carencias de seguridad y de higiene de tres centros públicos de la capital, han solicitado a los Juzgados de lo Social la clausura de estos locales o que se tomen medidas con carácter urgente para evitar daños tanto a los agentes como a los visitantes y los detenidos. Los centros afectados son la comisaría de Centro, que es la de mayor volumen de toda Europa; las dependencias de la Brigada Móvil en la estación de Puerta del Sol y el edificio de la Unidad Central de Seguridad Privada, situado en el distrito de Moncloa.
Comisaría de Centro. Un edificio que se viene abajo. De los tres edificios es el que peor se encuentra, según los técnicos en seguridad laboral de los cuatro sindicatos. Situado en el número 19 de la calle de Leganitos, junto a la Gran Vía, se trata de un inmueble construido en 1940 propiedad del Estado. En los últimos años se ha estado denunciando su lamentable estado y la falta de espacio, pero no se ha tomado ninguna medida para solucionarlo. Y eso que solo la comisaría de Centro representa el 7% de la delincuencia de todo el territorio español y más del 30% de la criminalidad de toda la región.
Los cuatro sindicatos coinciden en la demanda presentada en los Juzgados de lo Social que “se observa una falta importante de mantenimiento del edificio”. Destaca la falta de una escalera de incendios exterior y daños estructurales graves: “las humedades en los sótanos, fundamentalmente en la bajada a las celdas es de tal grado que los ladrillos se están literalmente haciendo polvo”.
A ello se une que el suelo está en general en muy mal estado “con riesgo de tropezar en muchas zonas”. En las escaleras, han detectado falta de luz, el suelo es resbaladizo y el mármol lateral está muy dañado. En caso de que se produjera un incendio, las consecuencias son fatídicas, según los responsables de la demanda. No existe ningún hidrante o columna seca ni hay rociadores de agua en ningún lugar del edificio. También hay falta de detectores de incendios y alarmas acústicas.
“La limpieza es escasa y en muchas partes nula. Es preocupante como se almacenan en diversas zonas productos viejos, de desecho y olvidados, incluidos productos químicos incontrolados”, relatan los responsables de seguridad laboral. “Muchos funcionarios no disponen de espacio suficiente en sus dependencias y están en condiciones de hacinamiento. El mobiliario es bastante viejo y en general está deteriorado. Además, no son ergonómicos”, añaden los redactores de la demanda.
Capítulo aparte suponen los aseos: “la totalidad están muy deteriorados”.
Unidad Central de Seguridad Privada. Este edificio construido en 1960 está alquilado por la Dirección General de la Policía desde 1965. Situado en la calle de Rey Francisco (Moncloa), está dedicado a los trámites de las empresas y empleados del sector de seguridad privada.
Los cuatro sindicatos han denunciado que las dimensiones son mínimas en muchos despachos y que la sala de informática se utiliza como almacén “con el consiguiente peligro de incendio, por las características de los materiales almacenados, además de los propios de la falta de espacio”. La escalera para subir de un piso a otro supone otro riesgo: “no dispone de pasamanos en ninguno de los lados, con el consiguiente riesgo de caída”.
La instalación eléctrica es obsoleta: “En varios sitios del edificio, se observa cableado eléctrico por el suelo sin la correspondiente protección y canalización, con el riesgo de electrocución y enganches que pueden provocar caídas. El mal estado es general, como puede comprobarse en muchos enchufes”.
“El número de taquillas en los vestuarios no es suficiente para la plantilla policial que presta servicio en estas dependencias. Muchos despachos, que tienen como uso principal el administrativo, sirven para el depósito de efectos diversos, colocados en lugares inadecuados, como puede ser la parte superior de los armarios”, concluye la demanda.
Comisaría de la estación de Sol. Las dependencias pertenecen a Metro de Madrid, que se las ha cedido al Cuerpo Nacional de Policía tras la reforma de la estación. Los trabajadores se quejan de las extremas temperaturas que se alcanzan en algunos despachos. En determinados momentos, superan los 27 grados, lo que hace que los funcionarios sufran lo que se denomina “estrés térmico”. “Junto a ello se detectó que la humedad estaba muy por debajo de los límites permitidos, no superando en ningún despacho el 35% de humedad, con el consiguiente riesgo de provocar en la dependencia electricidad estática”, recoge la demanda.
A ello se une que los niveles de dióxido de carbono (un gas muy perjudicial para la salud) está muy por encima de lo permitido. La iluminación también resulta inadecuada en muchas dependencias.
Los sindicatos han anunciado que esta es la primera demanda que presentan en los juzgados, pero no descartan ampliarla a más centros de la capital dadas las graves deficiencias que sufren, como es el complejo policial de Moratalaz, en la calle de Tacona, o el de Seguridad Ciudadana de la Casa de Campo.
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