Cómo estafar a un timador
Un supuesto mediador de arte estafa 300.000 euros a dos hermanos de Girona que intentaban venderle un cuadro falso de Goya por cuatro millones de euros
“Quien roba a un ladrón, cien años de perdón”, reza un refrán que emuló, seguramente sin saberlo, un supuesto jeque árabe que consiguió que los hermanos gerundenses que pretendían venderle un falso goya le entregaran 300.000 euros en concepto de intermediación. La mala suerte se cebó con los catalanes que regresaron a casa sin dinero, con los bolsillos llenos de francos suizos falsos y, para acabar de coronar el día, fueron interceptados por la policía, que requisó el cuadro y les acusó de un delito de estafa.
La rocambolesca historia se remonta a 2003, cuando los hermanos Jaume y Joan Font compraron el retrato de Antonio María Esquivel supuestamente pintado por Goya. Los Font pagaron como anticipo 20.000 euros a un fotógrafo, Ramón Calvet, que lo había adquirido en una casa de subastas. En el contrato de compraventa acordaron que si el cuadro era verdadero le pagarían 250.000 euros más. Calvet había encargado y entregrado a los dos hermanos informes que acreditaban la autenticidad del retrato de 80 por 60 centímetros. De nada le sirvieron. En 2006, la Audiencia de Girona determinó que los Font no debían pagar los 250.000 euros que quedaban pendientes ya que la obra no era un goya.
En el retrato aparecía Esquivel, con una medalla de Isabel la Católica. El pintor recibió la condecoración en 1839; 11 años después de la muerte de Goya. El artista aragonés no era el autor del cuadro.
Los Font no desaprovecharon los informes de Calvet. El pasado mes de diciembre de 2014 utilizaron, siempre supuestamente, esa documentación para intentar endosar el cuadro al primer ingenuo con el bolsillo lleno. Fue entonces cuando contactaron con un jeque árabe que pretendía vender la obra en Asia. El negocio comenzaba a funcionar, sólo faltaba deshacerse de la obra y huir, sin mirar atrás, con cuatro millones de euros.
La operación requería pasar por algunos peajes. Entre ellos un intermediario al que los Font debían abonar 300.000 euros para que convenciera al jeque. En diciembre quedaron con el misterioso mediador en Turín y pidieron prestado a un empresario amigo 300.000 euros. Le devolverían 380.000. Desplazarse hasta Turín con esa cantidad de efectivo no era muy prudente, decidieron que el amigo empresario entregaría, en Girona, los 300.000 euros a un enviado por el intermediario.
Los Font llegaron, días antes de la pasada Navidad, a Turín con los documentos erróneos de Calvet y poco más. Allí el mediador artístico dio por buenos los informes y les entregó 1.700.000 francos suizos (1,1 millones de euros). Los Font, a cambio, avisaron al empresario que cumplió su parte del trato y dio los 300.000 euros al enviado.
El negocio era redondo. Lo que no calcularon los hermanos es que el intermediario de Turín aprovechó un descuido y cambió los fajos de francos suizos por simples fotocopias. Los Font cargados de billetes falsos se dirigieron a Ginebra para ingresar el dinero en un banco y allí les comunicaron que sólo tenían papel. Decepcionados regresaron a España con tan mala fortuna que fueron interceptados en Aviñón con los billetes falsos. La Policía Nacional inició entonces una investigación que acabó con el retrato de Esquivel requisado en las dependencias policiales y los Font acusados de estafa. De quien no se sabe nada es del mediador, el jeque y el botín de 300.000 euros.
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