Sanz deja la lista del PP de Cádiz para ser delegado del Gobierno
El PSOE interpreta que con su nombramiento Rajoy endurecerá las relaciones con la Junta
Antonio Sanz (Jerez, 1968) es por fin delegado del Gobierno en Andalucía. El Consejo de Ministros lo nombró este viernes en sustitución de Carmen Crespo, quien dejó el cargo para concurrir como número uno de la lista del Partido Popular por Almería al Parlamento andaluz. El nombramiento, adelantado por el diario Abc, era una meta a la que Sanz siempre ha aspirado, aunque no ha sido hasta ahora cuando ha podido ser. Sanz accede al cargo a menos de 10 meses de las próximas elecciones generales.
Su nuevo destino va a obligar a hacer cambios en la candidatura del PP por Cádiz, que Sanz encabeza, ya que plantea un problema de inelegibilidad. Renunciará a la candidatura y también dejará su responsabilidad como coordinador de la campaña del PP andaluz. La dirección regional del PP informó, minutos después de que el Consejo de Ministros comunicara el nombramiento, que Patricia Navarro desempeñará la coordinación de la campaña de Juan Manuel Moreno.
Fuentes del PP aseguraron que el cambio no supondrá ningún traspié porque toda la programación electoral está ya hecha. “Nadie es imprescindible”, señaló el candidato a la presidencia de la Junta cuando se le preguntó el jueves pasado por la posible marcha de Antonio Sanz.
Un político de 24 horas
Sus amigos, sus enemigos, sus adversarios y sus colaboradores coinciden en describir a Antonio Sanz Cabello como una persona dedicada las 24 horas del día y los 365 días al año al único oficio que ha tenido, el de político. Sanz (Jerez, 1968) siempre ha estado en el aparato del PP ocupando puestos de responsabilidad orgánica desde muy joven: en 1989 fue elegido vicepresidente del Partido Popular en Jerez de la Frontera, cargo que ocupó hasta 1992 y entre 1990 a 1994 fue presidente provincial de Nuevas Generaciones del Cádiz. Esta dedicación extrema le llevó a tardar más de diez años en cursar la carrera de Derecho, una circunstancia que era aprovechada por los socialistas cuando querían bajarle el gas de sus intervenciones desde la tribuna del Parlamento: “Estudie y no dé más disgustos a sus padres”, le decían desde la bancada del PSOE.
A Sanz lo describen como persona correosa, dura, puntillosa, que no suele ir nunca sin documentarse a ninguna reunión. Y de los pocos que se leía todos los informes de los asesores de partido, una costumbre que le será ahora muy útil en una delegación donde circulan a diario documentos policiales.
Sanz fue elegido diputado del Parlamento andaluz por primera vez en 1994 y ya entonces, con 26 años, era el secretario de Organización del partido. Toda su carrera política la ha hecho bajo la sombra de su mentor, Javier Arenas, y esa cercanía y vocación a estar pronto a lo que el líder dijera y pidiera, pese a requerir a veces de complicados contorsionismos, era muy difícil de superar por cualquiera. “Siempre ha vivido por la política, para la política y de la política, no tiene ninguna otra afición”, asegura un compañero de partido alejado de sus modos bruscos, pero que olvida que Sanz es un apasionado radioaficionado, avezado en rastrear transmisiones.
Fue secretario general con Javier Arenas y con Teófila Martínez y el único dirigente que ha compatibilizado este puesto con la portavocía del grupo parlamentario. Los que le conocen dicen que siempre ha querido ser delegado del Gobierno.
La lista por Cádiz estará encabezada por la hasta ahora número dos Ana Maestre, a la que seguirá el secretario provincial del PP, Antonio Saldaña, imputado por el caso del rescate de la concesión del servicio de transporte urbano de Jerez a la empresa Urbanos Amarillos.
Aunque la mayoría de las fuentes del PP creen que “no hay nadie mejor” para representar al Gobierno central en Andalucía que Antonio Sanz, también son muchos los que destacan lo “absurdo” y “surrealista” de la situación, por cuanto traslada una imagen de improvisación en el partido. “Si Sanz iba a sustituir a Crespo, ¿para qué encabeza la lista de Cádiz y lo nombran coordinador de la campaña?”, se preguntaron varios dirigentes. La respuesta que dan algunos dirigentes a esa cuestión es que la dirección regional funciona a “trompicones”, sin luces largas.
Sanz es sobre todas las demás cosas un hombre de Javier Arenas. Ha sido y es su sombra, y la persona en la que el presidente de honor de los populares andaluces más confía. Aunque hay dirigentes que ven la mano de Arenas en el nombramiento, fuentes del PP señalan que fue Sanz el que se lo pidió a Moreno y que fue este el que ha hecho la gestión final ante la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. El nuevo delegado llevaba 20 años en el Parlamento de Andalucía y desde hace tiempo aspiraba al cargo de delegado del Gobierno.
El político gaditano fue, junto con el malagueño Elías Bendodo, el que desde primera hora apoyó a Juan Manuel Moreno para la presidencia del PP andaluz frente a la candidatura de José Luis Sanz, impulsada por Juan Ignacio Zoido y la secretaria general, María Dolores de Cospedal.
Con Moreno como presidente del partido, Sanz volvió a ocupar más foco y protagonismo en el PP. De ser un diputado de a pie centrado en la Cámara autónoma en asuntos de su circunscripción electoral, pasó a ser portavoz adjunto y la voz de los asuntos relacionados con el fraude de los ERE. Con Arenas y ahora también con Moreno coordinaba la estrategia politica y jurídica de las defensas del PP personas en el caso ERE y en otros procedimientos judiciales. Moreno lo considera una persona leal, con dedicación plena a la política y buen conocedor del partido. “Tiene el disco duro del PP en la cabeza”, ha dicho de él en alguna que otra ocasión.
Desde el PSOE, el nombramiento se interpretó como un intento del Gobierno central para hacer “hacer bandera de la confrontación en sus relaciones con la comunidad autónoma y con la Junta”, dijo la secretaria general de Cádiz, Irene García.
En un acto electoral en Cádiz, Sanz aseguró que su “máxima prioridad” será la “cooperación institucional” entre las diferentes administraciones y prometió “ser dialogante y abierto con todos y para todos”. Agredeció a Mariano Rajoy su confianza y “por supuesto” a Moreno “por haber elevado la propuesta”, informa Efe.
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