Los Sánchez de Rivas
La familia y los amigos de la juventud de la candidata de IU Madrid coinciden en educación, política, vivienda, negocios y aficiones
El futuro de IU Madrid se decide hacia el 10 de febrero, cuando el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) admitirá o no a trámite la querella del PP contra Tania Sánchez —cabeza de lista de la coalición— por presuntos delitos de malversación, prevaricación y tráfico de influencias. Un horizonte oscuro para la candidata, que tendría que abandonar la carrera electoral si es imputada: el código ético del partido no lo permite. Para evitarlo, Sánchez podría abandonar el escaño que tiene en la Asamblea de Madrid y perder así su inmunidad. De esta manera, su caso pasaría del TSJM a un tribunal ordinario y se retrasaría el proceso, al menos, tres semanas. Pero solo sería una tirita porque los comicios son en mayo.
Por eso, IU de Madrid, completamente dividida entre partidarios y detractores de Sánchez, tiembla. Nadie podía pensar que la coalición se juegue su existencia en los despachos municipales de Rivas —su feudo madrileño—, pues de allí sale la documentación que la ha puesto entre la espada y la pared. En este escenario incierto pesa que ella y su padre, Raúl, concejales, votasen a favor —asentir lo llaman ellos— de contratos de Aúpa, la cooperativa de Héctor Sánchez, su hermano e hijo. En total 1,3 millones de euros en seis años, de los que la candidata aprobó —asintió— 137.0000 en 2008.
Mientras, el PP se cuida mucho de que su querella trascienda. Sus líderes siguen de cerca todo el procedimiento legal y guardan bajo siete llaves la denuncia, de la que no circulan copias. Ven en Sánchez un peligro electoral y no quieren que nada escape a su conocimiento. Sánchez defiende ardientemente un proceso de “convergencia” con Podemos y Ganemos.
Además, en su propia formación a la candidata no le van muy bien las cosas. Está distanciada de la Ejecutiva regional. Este órgano piensa que quiere diluir IU. Y esgrimen como ejemplo que la semana pasada, en un acto multitudinario con Alberto Garzón —candidato nacional y también partidario de la convergencia—, la política no mencionó ni una sola vez a IU. Además, Jorge García Castaño, concejal afín a la aspirante en el Ayuntamiento de Madrid, dejó el jueves IU y su sillón municipal para “sumar esfuerzos por una candidatura de unidad popular”.
Incongruencias en la comisión
La comisión de investigación del Ayuntamiento de Rivas ha dejado muchos interrogantes por cerrar y algunas declaraciones que no se atienen a lo que certifican los documentos públicos. Estos son algunos ejemplos:
El Ayuntamiento se escuda en que la familia Sánchez sancionó los contratos en una Junta de Gobierno sin trascendencia, pues las decisiones técnicas se toman, al menos eso dicen, en los pasos previos —la mesa de contratación, la secretaría del Ayuntamiento e intervención— en los que ninguno estuvo presente. Sin embargo, según certifican las actas, Raúl Sánchez acudió a varias mesas para ver qué se cocía, aunque él no era vocal por lo que no podía votar. En 2002 fue a cuatro mesas de dos adjudicaciones y en 2006, con la sede de Aúpa ya en su casa, a otra.
En abril de 2003, dos de las cuatro fundadoras de Aúpa pasaron a trabajar como técnicas interinas de la Concejalía de Juventud y compatibilizaron ambos cargos hasta diciembre, mes en que Héctor Sánchez (administrador) y Miriam Álvarez (interventora) se hicieron responsables. Sin embargo, Abril Barceló y Yolanda Pérez —que rehusaron declarar en la comisión de investigación— negaron este extremo en airadas cartas enviadas a los concejales. Los documentos notariales demuestran lo contrario. Es más, Pérez, en su papel de administradora de Aúpa, firmó al menos una factura a los pocos días de haber empezado a trabajar para el Ayuntamiento en 2003. Y luego en 2008, como directora de la Escuela Municipal de Animación de Rivas —y fuera ya de la cooperativa— elaboró el pliego de condiciones del concurso que ganó Aúpa por 13.000 euros y refrendaron Tania y Raúl Sánchez.
La pugna entre las facciones de IU comenzó con la irrupción de Podemos en mayo pasado en el panorama madrileño y se recrudeció en diciembre cuando los Sánchez (padre e hija) no salieron bien parados de su paso por la comisión de investigación de Rivas. Su insistencia en mantener que desconocían que Héctor era administrador de la cooperativa Aúpa se convirtió en motivo de chanza en las redes y de reflexión en las tertulias. Pero no hubo ocasión a otro traspié público, pues IU de Rivas bloqueó que volviesen a declarar. En su segunda comparecencia, ambos deberían haber explicado por qué permitieron también que el jefe de Programación de Deportes firmase —junto a ellos representando al Ayuntamiento— un contrato de 425.000 euros con una empresa, Sport Tennis Profesional Service, de la que este último había sido dueño y era apoderado.
Ahí no acabaron los problemas para la candidata. En 2008 concedió una ayuda sin concurso público de 2.500 euros a una asociación sociocultural, Pecados Capitales, que había fundado siete años antes ella misma con su hermano Héctor y cuatro amigos. Con este dinero, Pecados Capitales, con sede en la casa familiar (como la cooperativa), debía de organizar la clausura del Festival de Teatro Aficionado.
Tania Sánchez reconoció a este periódico que creó el grupo porque tenía “una vida asociativa muy importante”. Pero aseguró que no participaba cuando se otorgó la ayuda —aunque no se salió, la asociación sigue abierta en el registro— y remarcó que no hubo ganancias. No respondió sobre el papel de su hermano. Como Pecados Capitales nunca nombró una junta general, legalmente no podía optar a ningún tipo de ayuda o subvención. Pero no fue así.
A Pecados Capitales dio paso en 2009 Maneki Teatro, ya sin la candidata como fundadora. Y un año después un montaje suyo —Medea según Medea, con su hermano en el papel de Creonte— representó a Rivas en el Festival Internacional Madrid Sur, en el que participan siete municipios. La entonces concejal se inclinó por el montaje familiar —frente a la compañía de la Concejalía de Mayores o la de la Universidad Popular, que acudieron otras veces— y destinó 30.000 euros al certamen. Maneki no vio un euro —el Consistorio explica que el dinero iba a la programación profesional, no la aficionada—, pero sí consiguió notoriedad.
En 2011 Maneki presentó un corto digital sobre el reciclaje al festival de cine Creat Rivas ideado por la candidata, pero coincidiendo con la salida de esta del gobierno municipal el idilio con el Ayuntamiento y la compañía se rompió. Maneki comenzó a sentirse perseguida por Pedro del Cura, el hoy alcalde y entonces concejal de Juventud, aunque sigue usando las instalaciones municipales.
Las quejas contra Del Cura no son nuevas. El hoy regidor se autoconvocó unas oposiciones en 2009 para mejorar su estatus como funcionario dentro de Juventud, que él mismo dirigía. Dos de las fundadoras de Aúpa y socias de Héctor, Yolanda Pérez y Abril Barceló, también ganaron la oposición y se convirtieron así en número dos y número tres de la concejalía. Mientras, Héctor cerró la cooperativa.
Se ilustraba así la división en dos de un grupo con grandes inquietudes sociales y culturales que había nacido en el único instituto que había en Rivas cuando eran adolescentes. Todos tienen la misma edad, unos 35 años. Del grupo, triunfaron quienes habían escalado puestos dentro de la función pública —incluida la candidata que fue asesora municipal de IU— y quedaron por el camino jóvenes como su hermano, que se dedicó a los negocios.
Se acabaron los días en los que acudían a escuchar música celta al festival gallego de Ortigueira, cuando organizaban conciertos o llevaban comida y mantas a los ocupas. Llegaron, incluso, a montar una cooperativa que construyó un edificio en terreno municipal y vivieron en pisos próximos.
Al cabo de unos años, Tania Sánchez abandonó la cooperativa y vendió su casa al portavoz municipal de IU, Curro García Corrales.
Pedro del Cura, que se vio obligado a separar su casa de la de su madre, unidas ilegalmente, actúa hoy en día como escudero de la candidata y la acompaña en los actos. Pero hubo un tiempo (de 2007 a 2011) que ambos quisieron estar al frente de Rivas y las peleas entre los dos amigos de adolescencia eran frecuentes. Cuando en 2011 Tania Sánchez logró un escaño en la Asamblea de Madrid, la relación con Del Cura mejoró, mientras empeoraba con su hermano. Preguntada en Telecinco, donde es contertulia, la candidata contestó con gestos lo que es un secreto a voces por todo Rivas.
Los lazos entre la familia y la política van por caminos paralelos en los Sánchez. Raúl Sánchez y su esposa Julia Melero llegaron a Rivas cuando Tania tenía cuatro años y Héctor poco menos de tres. Fueron de los primeros colonos que se mudaron a una de las cooperativas de Rivas. Héctor, dicen las fuentes consultadas, se parece más a su padre, “de carácter afable”, mientras que la candidata se asemeja a su madre, Julia Melero. “Una mujer con mucha personalidad, incluso arrogante”, cuenta una antigua vecina. Melero, que trabajó en un banco hasta su jubilación, y su hija comparten la dirección de IU Rivas. La primera es adjunta al Área de Finanzas y la segunda adjunta a Organización, Comunicación, Formación y Debate. El padre, que fue peón y tuvo una panadería, lleva cuatro legislaturas en el Ayuntamiento —como concejal de Desarrollo Económico y Empleo, Mantenimiento Urbano, Mujer, Deportes—, pero no tiene poder en el partido. Por su gestión arrastra fama de caótico.
Con IU fracturada, Podemos se convirtió en las elecciones europeas de mayo pasado en el primer partido en la mayor localidad (81.000 habitantes) gobernada por la coalición en España. Y Belén Guerra, hermana del cantautor Pedro Guerra, ha dejado su puesto como directora de Cultura para integrarse en el Consejo Ciudadano de Podemos. Por ahora no ha habido desbandada.
La mayoría de los vecinos disfrutan viviendo en Rivas —hasta 1.500 votantes del PP se decantan por IU en las municipales, atraídos por sus equipamientos públicos y su respeto ecológico— pero el descontento crece entre los que se sienten agraviados. “El antiguo alcalde de Izquierda Unida, José Masa, era menos radical. El de ahora, que es de Podemos, es sectario”, se queja un grupo de padres del colegio de Santa Mónica. Sus hijos estudian en Alcalá de Henares —a media hora de trayecto— en un centro católico a la espera de que se construya el suyo concertado en Rivas. Pero no lo tienen fácil. “Vamos a hacer todo lo posible por evitar, en la medida en que esté en manos del Ayuntamiento, que ese proyecto sea una realidad”, ataja Del Cura que mantiene que en Rivas todo es “público”.
Una ciudad que busca arraigo
En estos días de jaleo mediático a José Masa, alcalde de Rivas hasta que el pasado mayo su exdelfin Pedro del Cura le destronó, le paran muchos vecinos por la calle. Le preguntan si volverá a presentarse. Tiene claro que no. Ya había anunciado que era su última legislatura. En total 11 años al frente. Prefiere no entrar en peleas internas. Y defiende su gestión: “Es el Ayuntamiento que más ha crecido en 20 años. Y el alcalde se dedicaba a la gestión del patrimonio, al plan general de urbanismo —que daba muchísimas plusvalías— y a las políticas sociales y juveniles. No sabía lo que hacían dos o tres concejales”.
El ex regidor asegura que nadie le explicó el parentesco entre Raúl y Tania Sánchez y el administrador de una cooperativa, Aúpa, que facturó 1,3 millones de euros a su alcaldía en seis años.
Pasamos de ser el ayuntamiento más pobre al más rico”, sostiene Masa. “El 50% de las casas de Rivas son de promoción pública”, se enorgullece. Aunque le gustaría no ser un ejemplo. “Preferiría no ser la aldea gala, sino que existiesen muchas aldeas”. Muchos gobiernos locales han visitado estos años el municipio para copiar su modelo de gestión del suelo.
Rivas tiene fama de “Pijolandia” entre las agrupaciones de IU en la comarca. Masa lo reconoce a medias: "Es una clave orgánica. Hemos tenido mayor proyección de área metropolitana que de comarca. Hemos tenido más relación con Madrid, pero sin ser excluyentes". Probablemente porque sus primeros colonos venían de barrios de la capital —sobre todo de Moratalaz o Vallecas— huyendo del alza de precios de la vivienda y buscando aire libre.
Rivas nunca ha querido ser una ciudad dormitorio de la capital. “Queríamos que hubiese arraigo. Señas de identidad”, argumenta Masa. Por eso han invertido mucho en servicios y oferta de ocio. Con una potente programación teatral o los mejores conciertos.
La crisis ha pasado factura a la ciudad de 81.000 habitantes y en el polígono industrial muchas oficinas en edificios de cristal están vacías y el nuevo plan urbanístico previsto no se ha llevado acabo.
Además, crearon una zona protegida verde frente al avance urbanístico de Madrid. La Cañada Real, que cruza el municipio, se mantiene también como uno de sus problemas pendientes.
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