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Un nuevo trámite ambiental pone en duda que el AVE esté en 2018

Fomento asegura que podrá hacer en dos años lo que la Xunta estimó en seis

Todo el AVE entre Galicia y Madrid está terminado o en obras muy avanzadas excepto un tramo de 14 kilómetros a la entrada de Ourense desde Zamora. Su trazado fue modificado por Fomento y ahora el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente exige, según publicó ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE), elaborar una nueva declaración de impacto ambiental que analice en profundidad ese cambio. El nuevo trámite ambiental podría durar entre seis meses y un año. Pero aunque las obras pudiesen comenzar ya, durarían entre cuatro y seis años, según cronogramas manejados por Adif y la Xunta. Ello llevaría la puesta en servicio de ese segmento, entre Taboadela y Seixalbo, al entorno de 2020, incumpliendo así la promesa reiterada por el PP de que la línea Madrid-Galicia esté terminada en 2018. Pese a estas dificultades, Fomento insistió ayer en que la obra se podrá hacer en dos años.

El trazado original del AVE entre Taboadela y Seixalbo fue aprobado con su correspondiente visto bueno ambiental en noviembre de 2011. Pero luego Fomento decidió cambiar el trazado a raíz de “los estudios geotécnicos realizados durante la redacción del proyecto”, lo que supuso fundamentalmente acortar un túnel de 5,1 a 3,4 kilómetros y variar su ubicación. Según Medio Ambiente, en unos puntos el nuevo trazado aumenta el impacto de la obra y en otros los reduce pero los varía, sin que Fomento haya previsto aún medidas correctoras para ninguno de esos casos. Por ello Medio Ambiente considera que “es preciso el sometimiento del proyecto al procedimiento de evaluación de impacto ambiental ordinario” y no a su versión “simplificada”. Aunque para esta nueva tramitación ambiental se podrán aprovechar datos y trabajos ya realizados en la primera evaluación, será necesaria una nueva exposición al público y un análisis de las alegaciones que se presenten. Técnicos consultados estiman que el proceso, si se agiliza, podría tardar entre seis meses y un año.

Fomento aseguró ayer que cuando prometió el AVE para 2018 ya tenía en cuenta la posibilidad de que hubiese que acometer esta nueva evaluación ambiental. Por ello, el Ministerio insiste en mantener la fecha de 2018 y dice ahora que “en un par de años” se puede acometer la obra física entre Taboadela y Seixalbo. La Consellería de Medio Ambiente e Infraestruturas confía en estas explicaciones de Fomento.

En el verano de 2011, sin embargo, la misma Consellería se enzarzó en un debate con el Ministerio, entonces dirigido por el socialista José Blanco, a cuenta del plazo mínimo necesario para terminar toda la línea entre Madrid y Galicia y, en particular, ese tramo de entrada a Ourense, el más retrasado. Según las previsiones más optimistas de Blanco, que divulgó entonces estudios técnicos de Adif, solo la obra física ocuparía tres años, a lo que habría que sumar antes la redacción del proyecto constructivo y la licitación de los trabajos y, después, la instalación de las vías y los equipos técnicos y de seguridad. Frente a esos cuatro años aproximados de trabajos, la Xunta, también amparada en sus propios estudios técnicos, no confiaba en que todo ese proceso aún pendiente de iniciarse durase menos de seis años, plazo que de aplicarse ahora llevaría el fin del enlace ferroviario a 2020. La nueva promesa de Fomento de hacerlo en dos años, aun asumiendo que el nuevo trazado sea más sencillo de ejecutar, algo que aún no está estudiado, supone reducir a la mitad lo previsto antes por el propio Ministerio y a un tercio con respecto al tiempo calculado por el Gobierno gallego.

Plazos planteados

D. R.

-Fomento en 2011. El socialista José Blanco fijó en cuatro años el tiempo necesario de tramitación y obra del tramo de 14 kilómetros entre Taboadela y Seixalbo para abrirlo en 2015.

-Xunta en 2011. La Consellería de Infraestruturas veía imposible hacer la obra en menos de seis años.

-Fomento en 2015. El ministerio asegura que ahora podrá construir el tramo en "un par de años" y mantiene la promesa de abrirlo junto al resto de la línea en 2018.

-Xunta en 2015. La Consellería confía ahora en que Fomento pueda acabar la obra en un tercio del tiempo que ella preveía.

Por otra parte, el Ministerio de Fomento publicó también ayer en el BOE la aprobación del trazado del enlace que conectará en Compostela de forma directa la Autopista del Atlántico (AP-9) con la autovía Santiago-Lugo (A-54). La nueva obra, que evitará el rodeo que actualmente hay que dar por la circunvalación interior de la ciudad, está presupuestada en 45 millones de euros y consistirá en la construcción de un nuevo enlace, más al norte de la actual salida Norte de Santiago, ya sobrecargada de tráfico, para conectar desde allí con la autovía a Lugo.

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