Noia se enfrenta al Museo del Prado
El municipio coruñés y la pinacoteca nacional se disputan la propiedad de un cuadro del siglo XIX que cuelga desde hace años del salón de plenos
No existe “ninguna disputa, ni causa legal abierta”, dice el Museo del Prado. Pero sí un proceso formal para tratar de aclarar con el Ayuntamiento de Noia la propiedad de una pintura del siglo XIX que tanto la pinacoteca nacional como ese consistorio coruñés reivindican como suyo. Ambas instituciones lo tienen inventariados en sus respectivos patrimonios.
Pero hace más de un siglo que al Prado le consta como “sin localizar” la ubicación del lienzo titulado La plaza de Noya que realizó en torno a 1899 el pintor Manuel Domínguez Meunier. Hay documentación de 1930 que demuestra que el cuadro, según el alcalde noiés, el socialista Rafael García Guerrero, ya estaba en el Ayuntamiento. Pero de momento el gobierno municipal no ha logrado encontrar los papeles que confirmen cómo llegó la obra hasta el consistorio. El embrollo está servido entre ambas instituciones que intentarán, según reseñan desde el museo madrileño, buscar conjuntamente “la solución que corresponda”.
El cuadro, que cuelga desde hace dos décadas en el salón de plenos del municipio coruñés y fue restaurado hace tres años, representa una escena típica de esta villa costera, como es su mercado al aire libre que se sigue celebrando dos veces por semana en la calle de O Curro, en el corazón histórico de Noia. Una estampa que ya a finales del siglo XIX debía de resultar muy atractiva para los artistas, dado que son varios los que la plasmaron en lienzos.
El Museo del Prado, según explicó mediante una comunicación enviada a este diario, estaba enfrascado en realizar un catálogo de las pinturas del siglo XIX de su colección cuando se enteró por la prensa de que el Ayuntamiento de Noia había acometido la restauración de un cuadro con “los mismos autor, medidas y temática” que el que figura como desaparecido en la pinacoteca nacional. Esta última tiene la documentación que acredita que compró ese lienzo de Domínguez Meunier y lo envió en 1908 en depósito al entonces Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Pero también hay constancia oficial de que en una catalogación realizada dos años después se perdió su rastro.
En Noia sigue sin aparecer la documentación que confirme la propiedad. Pero en su busca, los funcionarios descubrieron papeles sobre la cesión en 1911 de otro óleo con el mismo nombre aunque de autor distinto, del que el Ayuntamiento desconoce por completo su paradero. Sólo tiene una reproducción, incluida en un libro de actas de 1911, de esa obra firmada por Francisco Pradilla y que también ilustra el mercado de O Curro. En todo caso, la pintura de Domínguez Meunier que reivindica el Prado se quedará en Noia, asegura su alcalde. “Estamos en un impasse al encontrarse el cuadro inventariado en las dos instituciones”, afirma García Guerrero.
El director del museo, según confirmó este último, no sólo pidió colaboración al regidor noiés, sino que también le ofreció la posibilidad de que el Ayuntamiento, “una vez aclarada la procedencia del cuadro y para regularizar su situación”, solicite su depósito. “Está mucho mejor en el salón de plenos, abierto al público que encerrado en cualquier almacén”, razona García Guerrero aunque la fórmula de la cesión temporal propuesta por el Prado tampoco le hace mucha gracia. Confía aún en que aparezca la documentación que acredite que el cuadro es de Noia.
Son muchos los ayuntamientos, museos y otras instituciones gallegas que también albergan desde hace décadas obras del Prado. Un museo que sigue rastreando el paradero de las más de 800 obras inventariadas que, como ese óleo de Manuel Domínguez Meunier sobre el mercado de Noia, llevan décadas “sin localizar o perdidas”.
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