Crucificar a Errejón
El contrato con la Universidad de Málaga del número dos de Podemos aumenta el acoso a la formación de Pablo Iglesias
La Universidad de Málaga (UMA) tiene en sus manos una bomba de relojería que lleva nombre y apellidos: Iñigo Errejón Galván. En un futuro próximo deberá decidir si este ha incumplido o no el contrato temporal suscrito con la universidad.
Errejón no es un investigador cualquiera sometido a un expediente informativo. Es, además, el número dos de Podemos, el partido-movimiento que arrasa en las encuestas y hace temblar al resto de partidos políticos.
Le tenían ganas a Podemos. Ahora han encontrado un argumento de cierto peso para desatar una verdadera crucifixión del joven político (31 años) y su partido. La UMA deberá aclarar si Errejón incumplió su contrato de 40 horas presenciales trabajando desde Madrid y si ha cometido alguna incompatibilidad al cobrar simultáneamente en su partido.
Sea cual sea la conclusión del expediente, la campaña de acoso a Podemos, que se inició en el momento en el que las encuestas comenzaron a reflejar el ascenso imparable de esta nueva formación, está subiendo de tono a raíz del asunto Errejón. Los ataques más furibundos vienen de la derecha más recalcitrante (política y mediática). El líder máximo de Podemos, Pablo Iglesias, así lo cree: "Es una ofensiva de la casta preocupada por las encuestas".
Otros partidos, que se sienten directamente perjudicados por la aparición de Podemos, han redoblado sus ataques. El caso del PSOE es el más sobresaliente.
Los socialistas, seriamente amenazados por Podemos (una tercera parte de su voto procede del PSOE), han pasado de un trato casi de guante de seda a una declaración de guerra. En septiembre, el secretario de organización del PSOE de Andalucía, Juan Cornejo, decía que Podemos es "muy respetable". Dos meses después, el portavoz en el parlamento andaluz Mario Jiménez les llamaba "soberbios" y "salvapatrias". El fin de semana, el numero dos del PSOE, César Luena hablaba del "populismo extremista… que no tiene medio pase". En fin, el lunes sabíamos por este periódico que la dirección del PSOE ha distribuido entre sus dirigentes un documento en el que se tacha el discurso de Podemos de "hipócrita y engañoso".
Ambas formaciones se pelean por la bandera de la socialdemocracia, para lo que el PSOE ha dado la orden de que se califique a su adversario de "extremista de izquierda" y "ultraizquierdista". Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, dice que el proyecto Podemos está construido sobre "el cinismo, la confrontación y el miedo".
La guerra entre las dos formaciones, que se disputan la hegemonía de la izquierda, está declarada. Sería interesante que, unos y otros, se centraran más en las propuestas y las ideas que en los calificativos, a veces claramente despectivos e insultantes. Y eso que aún no ha estallado la bomba Errejón. @JRomanOrozco
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.