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Un exgerente del PP acusa a Baltar de manejar facturas falsas y dinero negro

Entrega a De Lara supuestas facturas falsas que salpican también al hijo y a un diputado

José Luis Baltar, a la puerta de los juzgados de Ourense
José Luis Baltar, a la puerta de los juzgados de OurenseNACHO GÓMEZ

Cuando, el pasado 7 de julio, le tocó a José Luis Baltar lidiar con las preguntas de la juez Pilar de Lara, el viejo barón ourensano le hincó una banderilla al que fuera gerente del partido en la provincia, nombrado por Génova, entre 1983 y 2010. Baltar aseguró a la magistrada que, efectivamente, las donaciones en metálico al PP eran habituales, pero que él no recibía nada, sino que todas pasaban por las manos de este hombre de confianza, Emilio Pascual. La recepción y la anotación contable de las cantidades nunca fueron competencia suya, aseguraba muy serio aquel día. Ahora, sin embargo, el que da la estocada a su exjefe es el gerente. En una extensa declaración que se unió a las diligencias de la Pokémon ayer mismo, acusa al expresidente provincial de financiación ilícita a través, según define la juez en su último auto, de “un elaborado sistema de facturación falsa y ficticia” para el que se habría servido de “al menos, dos empresas, Telemiño y Planos-Gallega de Publicidad y Diseño, SA”. Pero además, en estas maniobras habrían colaborado abonando presuntamente gastos al PP firmas ya investigadas en el sumario, como Vendex y Aquagest, entre otras compañías de contratas públicas y constructoras sobre las que ayer reclamó documentación contable la juez. En los papeles que Pascual entregó al tiempo que iba respondiendo a todas las preguntas, figuran facturas emitidas a nombre de José Manuel Baltar Blanco, el hijo del expresidente que heredó los cargos (en el partido primero, en la Diputación después) cuando este se marchó, y del diputado autonómico Miguel Santalices.

El PP de Ourense, según la declaración del exgerente a la que ha tenido acceso este periódico, tenía dos cuentas bancarias, “una para donativos y otra que era la normal”. No obstante, en la de donativos “nunca se ingresó nada, estaba a cero. Se abrió porque por ley había que abrirla”, señaló Pascual. En vez de ingresarse en el banco, el dinero, según el exresponsable de las cuentas, era recibido en mano por Baltar padre, generalmente “en su despacho de la Diputación”, pero también en la sede del PP, y lo guardaba en “una caja fuerte muy grande” que instaló tras comprobar que le “faltaba dinero” del mueble donde lo tenía al principio, cerrado con una llave que guardaba en un cajón. “Él llevaba todo el control”, afirma el contable.

Además de los ingresos en metálico que, según el gerente, iban a parar a la caja fuerte y “no se contabilizaban”, funcionaba un enrevesado sistema de facturación en el que unas compañías emitían comprobantes al PP y otras, supuestamente, pagaban. En épocas de elecciones, sigue describiendo Pascual, “si contratábamos con empresas y te pasabas del tope que tienen los partidos para gastar en publicidad, se le hacían facturas a los candidatos, como si lo pagaran ellos, pero quien lo pagaba era el partido”. Entre los papeles entregados al Juzgado de Instrucción 1 de Lugo, hay nueve de esas facturas que ascienden a 18.000 euros, entre ellas las emitidas a Baltar Blanco y Santalices. Según el exgerente, esas cantidades reflejadas en los recibos se saldaban con dinero que le entregaba en mano Baltar Pumar. El dinero “no salía de la cuenta”, añade, porque “no era dinero oficial”. Los ingresos “extraoficiales” procedían “siempre del presidente”, concluye.

Además, según Pascual, “se entregó dinero en efectivo, sin facturas” a “algún alcalde o gente así”. “Todos los alcaldes pedían”, añadió. “Iban allí y decían que tenían que hablar con el presidente” para que les diese “dinero para la campaña”. Otros regidores, sin embargo, “entregaban dinero”. El exgerente cree que “uno era el de Xinzo, Isaac Vila, y otro, el de Vilamarín, Amador Vázquez”.

“Siempre iba con fajos”

S. R. P.

“Oye, que está ahí fulano dentro, que va a darle dinero al presidente”, repite Pascual a la juez las frases que, según él, le decía una compañera. De todo esto “no existía ningún recibo ni nada”, sigue. Esta podría ser una de las causas por las que ahora no conserva gran cantidad de documentos que acrediten las presuntas artimañas contables que denuncia. La otra de las razones que da es que “quemó muchísima” documentación. “¿Por qué la quemó?”, se le pregunta casi al final de su declaración. “Porque me quemaba a mí, no quería tener nada”.

Y cuando se le pide que explique si sabe de dinero que “en vez de ir a parar al partido iba al bolsillo de Baltar o de algún familiar”, responde que piensa que sí. “Muchas veces hacía cálculos y decía: ‘Es imposible que tenga lo que tiene... aun ganando seis mil o un poco más, entre él y la mujer no se puede tener ese patrimonio”. “En Madrid”, recuerda, “llamaba la atención que siempre llevaba dos o tres montones en el bolsillo y fajos grandes y, cuando fue senador, pagaba a todo el mundo”. “Luego”, sigue, “tanto él como su mujer eran muy austeros. Baltar, reloj, usaba el mismo” siempre. Y concluye: “Me parece raro” que pudiese tener el dinero en el extranjero, “si lo tiene, lo tiene enterrado. Es de los de debajo del colchón”.

Había entregas muy diferentes: el gerente habla de 30.000, 6.000 o 12.000 euros. Cuenta que Baltar le daba el dinero y le ordenaba: “Págale a fulano o a mengano. O a empresas. Sin factura”. Pascual cree que “todo el mundo” en el PP de Ourense conocía esta costumbre, que “en la cúpula todos sabían” que había caja b, y detalla que los billetes que manejaba Baltar “casi siempre eran de 100 o de 500”.

Las empresas, dice Pascual, entregaban dinero para las campañas “no solo través de la Diputación, sino también del Ayuntamiento cuando gobernábamos”. El exgerente calcula que la media anual de las donaciones no contabilizadas llegó a rondar los 200.000 euros.

José Manuel Baltar hizo público un comunicado a última hora en el que asegura que “responde” de la “gestión del PP de Ourense desde el 30 de enero de 2010”, cuando relevó a su padre. Baltar afirma que al llegar al cargo despidió a Pascual “por el pésimo concepto que tenía de su profesionalidad” y la “falta de confianza”. “Lo que puedo asegurar”, termina, “es que las donaciones que pudieran existir en el PP de Ourense son tramitadas legalmente”.

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