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Policías admiten el arresto irregular de un testigo clave del ‘caso Pokémon’

Los agentes se llevaron a comisaría al afectado solo para identificarlo, sin leerle sus derechos, sin indicio alguno de delito y sin que opusiese resistencia

Sonia Vizoso
La juez Pilar de Lara, a la entrada de los juzgados de Lugo.
La juez Pilar de Lara, a la entrada de los juzgados de Lugo.PEDRO AGRELO

Policías locales de Ferrol que han prestado declaración ante la juez del caso Pokémon, Pilar de Lara, admiten irregularidades y un controvertido trato a uno de los testigos clave de la investigación, que, con su brazo y su pierna escayolados, fue detenido y esposado el pasado 30 de octubre en Ferrol por causas que los agentes no han sabido justificar, según revelan fuentes jurídicas. El testimonio de Antonio Pérez Cribeiro, extrabajador del Aquarium Finisterrae, es fundamental para las imputaciones que pesan sobre miembros del gobierno local de A Coruña que preside el popular Carlos Negreira, y De Lara quiere aclarar si alguien ha pretendido amedrentarlo. Hoy está previsto que comparezca ante la magistrada el actual jefe de la Policía Local de Ferrol, Emilio Martínez Rodríguez, que hasta hace solo un año era inspector principal del cuerpo municipal coruñés.

 La juez, titular del juzgado número 1 de Lugo e instructora de la Operación Pokémon, ha interrogado hasta el momento a ocho agentes: los seis que intervinieron en la oscura detención de Pérez Cribeiro, el administrador de la cuenta de Twitter de la Policía Local de Ferrol en la que se aireó el arresto, y el funcionario que atiende la centralita del 092 en esa ciudad. Según relatan fuentes conocedoras de su declaración, los agentes sostienen que detuvieron a Pérez Cribeiro “a efectos de identificación” y, aunque reconocen que el DNI del afectado estaba en su mochila, alegan que no lo vieron ni siquiera cuando vaciaron la bolsa en comisaría. Ellos mismos admiten que no suelen arrestar a nadie solo para identificarlo y que no le leyeron sus derechos, entre ellos el de llamar a un abogado.

Seis funcionarios municipales participaron en la operación y, pese a que todos declaran que el testigo de la Pokémon no cometió delito alguno ni se mostró agresivo o amenazante, Pérez Cribeiro fue introducido en el coche policial en una postura poco apropiada para las lesiones que padece y enviado a comisaría. Entre los motivos que les llevaron a actuar así, los agentes apuntaron ante la juez lo sospechoso que les pareció que el hombre “quisiera ir a Freixeiro [un barrio de Narón], porque allí no hay nada más que una parada de autobús”; que “llevase tantos aparatos electrónicos”, en alusión a dos móviles, una tableta y una agenda electrónica; o que se encontrase medicación en su mochila, porque “podía estar empastillado”, señalan a este periódico fuentes del caso. Alguno de los policías llegó a tildar la actuación como “una chapuza”. “Probablemente no estábamos muy lúcidos ese día”, afirmó ante la magistrada otro miembro del cuerpo municipal. Las cámaras de seguridad recogieron incluso cómo uno de los policías empujó al detenido en la puerta del cuartelillo. El autor del golpe arguye que le “ayudó” a entrar porque estaba escayolado.

Los hechos se produjeron el pasado jueves 30 de octubre en el cruce entre la carretera de Castilla y la calle Euskadi, en el barrio ferrolano de Recimil, en presencia de varios viandantes y clientes de una cafetería. Los agentes acudieron allí tras ser alertados por la policía nacional, que recibió una llamada en la que una persona aseguraba que un hombre escayolado estaba parando el tráfico. Pese a que al llegar los policías locales vieron a Pérez Cribeiro en la acera hablando tranquilamente con una niña, procedieron a su detención. Ellos aseguran que volvieron a comunicar con la sala del 092 para verificar la información, pero esas llamadas no constan en ningún sitio. Dos de los agentes alegan que el aparato de grabación está estropeado desde junio.

Tras su paso por la comisaría, Pérez Cribeiro, que denunció en su día ser víctima de acoso laboral por oponerse a una adjudicación a Vendex —una de las empresas investigadas por sobornar a cargos políticos—, tuvo que ser llevado al centro de salud aquejado de fuertes dolores y ha presentado un parte médico por el empeoramiento de sus lesiones tras la polémica detención que sufrió en Ferrol. Cuando aquel 30 de octubre los agentes le dijeron que podía irse de comisaría, el testigo de la Pokémon intentó interponer una denuncia por el trato recibido. Una cámara de seguridad grabó a un policía diciéndole: “Lárgate de aquí”.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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